A estas alturas, tu piel es como si fuera un libro viejo: está lleno de marcas. Cada vez que la miras con atención, descubres -no sin cierto espanto- que tienes otra cicatriz. Puede que no estés dándole a tus lastimaduras la atención que merecen. Por eso, en este entrega, te enseñaremos cómo curar una herida para que no deje cicatriz.
#1 Limpia la herida
Ni bien te hayas lastimado, limpia la herida solo con agua fría -aplicar jabón sobre la lastimadura puede generar irritación. Si luego de haberlo hecho, persiste alguna suciedad, quítala con un par de pinzas esterilizadas con alcohol. Luego, desinfecta la piel alrededor de la herida con un paño enjabonado. Procura no utilizar iodo, alcohol o peróxido de hidrógeno; estas sustancias pueden enlentecer la sanación.
#2 Cubre la herida
Cubre la herida con una gasa o una curita. Cualquiera de estos vendajes impedirán el ingreso de bacterias, suciedades y otros factores irritantes. Esta medida te ayudará a mantener la herida húmeda por algunos días, lo que acelerará la curación y disminuirá los riesgos de que te quede una cicatriz. Si así lo deseas, puedes aplicarte una crema antibiótica para potenciar la higiene de tu herida.
#3 Deja la cáscara
Cuando te lastimas, tu organismo reacciona y comienza el proceso de curación. Por un lado, los glóbulos blancos atacan a todas las bacterias que puedan causar alguna infección. Por su parte, los glóbulos rojos, las fibrinas y las plaquetas producen un coagulan la sangre de tu herida. Con el tiempo, se crea una costra. No la quites; si lo haces no solo reabrirás la entrada a las bacterias, sino que también harás que se te forme una cicatriz más grande.
Sigue estos simples pasos para curar las heridas. De esta manera, estarás cuidando la salud de tu piel y no seguirás afeando tu piel con más cicatrices. Y, si te interesa conocer otras medidas que puedes adoptar para que tu piel esté perfecta, infórmate sobre los 3 beneficios que tienen las fresas para tu piel.