Parte de Maracaibo sin luz. Es decir: parte de la segunda ciudad más grande de Venezuela, donde la temperatura promedia los 36 grados centígrados y la humedad el 80%, sin aire acondicionado. Eso es lo que puede ocurrir como consecuencia de la suspensión, realizada este martes, del suministro de gas que da Colombia a Venezuela.
Se trata de una medida «temporal» de prevención impulsada por el gobierno colombiano para -según dijo- garantizar sus reservas de gas en caso de necesitarlas como consecuencia de El Niño, un fenómeno meteorológico que se cree azotará al país en los próximos meses.
Mientras tanto, en Venezuela dejan de contar con un suministro de gas que, sin bien representa apenas 3% del consumo interno venezolano, resulta importante para un país que hoy en día sufre por la falta de disponibilidad del combustible en algunas regiones, sobre todo aquella a donde llegaba el gas colombiano: el estado de Zulia, cuya capital es Maracaibo.
«Acá somos la ciudad más fría porque en la mayoría de los hogares, desde los más humildes, te encuentras un aire acondicionado, es algo necesario», le dice a BBC Mundo Sabrina Martínez, una marabina preocupada porque el racionamiento de Colombia aumente los cortes de luz en su ciudad.
El gas en Venezuela
Hoy en día, muchos venezolanos deben hacer largas filas, sobre todo en el occidente donde se encuentra Maracaibo, para conseguir gas, a pesar de ser un país productor y tener las séptimas reservas de gas más grandes del mundo. «Venezuela produce cinco veces el gas que produce Colombia», dice Antero Alvarado, analista de la sucursal venezolana de la consultora Gas Energy Latin America.
«Pero aunque hemos producido gas por 100 años, siempre lo hemos visto como un subproducto del petróleo», dice el experto. El gas en Venezuela, así como la gasolina, está subsidiado por el Estado. Según cifras de Petróleos de Venezuela (PDVSA), en 2005 se esperaba que la producción de gas se aumentara en un 40% para 2012, cuando finalmente el aumento fue solo del 6%.
A grandes rasgos, el país petrolero usa el gas para tres cosas: consumo en los hogares, generación de energía y explotación de petróleo, industria que consume el 70% de la disponibilidad. Y, según Alvarado, cualquiera de estas industrias, sobre todo las que operan en el occidente, se pueden ver afectadas por el corte de gas de Colombia, a pesar de que lo que pasa por el Gasoducto Transcaribeño representa apenas un 3% del consumo interno venezolano.
Gasoducto Transcaribeño
El gasoducto Transcaribeño transportaba -desde la Guajira colombiana hasta la costa oriental del Lago de Maracaibo- 150 MMPCD (millones de pies cúbicos diarios) de gas al occidente venezolano, según cifras de PDVSA. La tubería -que tiene una longitud de 202 kilómetros, 88,5 de los cuales están en Colombia- fue construida y pagada en 2006 por el gobierno venezolano, en ese entonces presidido por el fallecido Hugo Chávez.
El actual gobierno, en manos de Nicolás Maduro, ha hecho entender que está preparado para responder a los efectos que puede tener el corte de gas desde Colombia. La semana pasada, el ministro colombiano de Minas y Energía, Amylkar Acosta, dijo que la suspensión se había postergado debido a que Venezuela pidió tiempo «para ellos realizar sus ajustes necesarios en sus sistemas de generación de energía».
Y el lunes, en la víspera del corte, el ministro para la Energía y Petróleo venezolano, Rafael Ramírez, anunció la perforación y prueba de un pozo en el estado de Sucre. «Sólo falta la perforación de dos pozos Costa Afuera, al norte de Carupano, para completar los primeros 300 MMPCD de gas del (proyecto gasífero) Mariscal Sucre», dijo el también presidente de PDVSA en su cuenta de Twitter.
Además, medios locales reportaron que PDVSA Oriente suministraría este servicio a las localidades afectadas en el estado Zulia.
Reservas no es disponibilidad
Sin embargo, analistas del sector consultados por BBC Mundo se mantienen escépticos ante el anuncio de Ramírez, pues alegan que el problema no es de reservas, sino de disponibilidad. «No solo se trata de que anuncies los recursos, como hemos visto ya varias veces, sino de que garantices las condiciones operativas, de inversión y de costos que realmente signifiquen un aumento de la productividad», dice Igor Hernández, coordinador del centro de energía del venezolano Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
Por eso es que Hernández asegura que el gas que venía de Colombia era importante. Y quienes más se verán afectados, en caso de que los haya, serán los marabinos y sus vecinos, coinciden los analistas. Según Alvarado, en Maracaibo confluyen una «serie de vicios» que pueden hacer de la falta de gas colombiano un problema importante para la ciudad.
Primero, dice, «Maracaibo, una ciudad de 1,300.000 habitantes, consume más gas que Buenos Aires, donde viven 3 millones». Además, las dos plantas que le dan electricidad a la ciudad (Termozulia y Ramón Laguna) dependen parcialmente del gas. Tercero, en la zona occidental ha caído la producción de petróleo y, por consiguiente, la de gas. Y los complejos de industria petroquímica El Tablazo y Ana María Campos -que quedan al otro lado del Lago Maracaibo y producen cloro, fertilizantes y plásticos, entre otros- también se pueden ver afectados por el corte.
Una serie de vicios, pues, que pueden dejar -en algunos sectores, a ciertas horas- a la ciudad más caliente de Venezuela sin aire acondicionado.
BBC Mundo
Por Daniel Pardo