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Comercio binacional

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Comercio binacional



Como abrir un grifo y que salga agua, así de sencillo pueden pensar muchos que es la reapertura de la frontera colombo-venezolana para el comercio binacional. Pero no es así, estamos en la Venezuela chavista, donde ya la población está familiarizada con el ronco silbido de la tubería seca cada vez que se gira la llave.

 

 

Por más que los empresarios de ambos lados estén reuniéndose, hay detalles que no pueden arreglarse en semanas o meses, pueden pasar hasta años. Es cierto que el intercambio comercial entre los dos países por la frontera, entre Norte de Santander y Táchira, siempre fue uno de los más importantes; pero en los años de cierre disminuyó significativamente hasta quedar solo las actividades ilegales como el contrabando, el lavado de dinero y demás prácticas indebidas. Este es uno de los asuntos que se deben arreglar, porque significa, en resumidas cuentas, la reinstitucionalización de un comercio que deberá regirse por bases legales.

 

 

Estamos hablando de un comercio que se desarrolló y fortaleció en los años de la cuarta república con el Pacto Andino, al cual Venezuela se sumó en 1973, hasta que Hugo Chávez, en su obsesión de destruir todo lo que funcionaba, ordenó el retiro de la Comunidad Andina de Naciones en 2006. Las cifras del intercambio comercial en 2008 ascendían a 7.500 millones de dólares aproximadamente, pero entonces la balanza estaba a favor de Colombia, es decir, eran mayores las exportaciones que lo que Venezuela vendía al país vecino. Revertir esa realidad, o al menos hacerla más equilibrada, debería ser una meta para el gobierno venezolano, sobre todo porque implicaría apoyar a los empresarios locales que se han empeñado en mantener sus operaciones durante estos años difíciles y que seguramente estarían dispuestos a invertir para abarcar el mercado colombiano.

 

 

¿Sabrán en Miraflores que para que lo anterior ocurra debe existir una verdadera política de estímulo económico y de reglas claras, respeto a la propiedad privada y facilidades para la producción como una óptima calidad de los servicios? Esta es una de las razones por las cuales no todo es tan fácil como quitar el container que mantenía trancado el puente Simón Bolívar. ¿Sabrán en Miraflores que los rubros que mayormente exportaba Venezuela hacia Colombia eran de la petroquímica, la siderúrgica y el aluminio? En estos sectores se evidenciaba perfectamente la complementariedad de ambos países, pues aquí se producían muchos insumos para la industria colombiana y el país era hace 20 años proveedor seguro de materiales. ¿En qué estado están las empresas básicas venezolanas como para retomar esos mercados? Es que ni que hagan transporte expreso llegarán para finales de año.

 

 

Si realmente Miraflores quiere recuperar algo del intercambio comercial, la generación de empleo y la vitalidad de nuestra frontera con Colombia, son muchos los asuntos que tiene que retomar con seriedad, establecer reglas de juego, respetar las leyes. Básicamente, dejar su modelo chavista y cambiarlo por uno con el que realmente se vean protegidos los intereses de los venezolanos.

 

 

Colombia y Venezuela

Foto: EFE/ Mario Caicedo

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