La comunidad de la parroquia Candelaria ayer amaneció conmocionada con un nuevo hecho de violencia: esta vez no fue solo un robo, como los que ocurren diariamente, se trató del homicidio del comerciante José Correia, de 77 años, propietario de la panadería El Faro, quien fue sometido cuando llegaba al local para iniciar el día de trabajo.
Extraoficialmente se supo que fue sometido por dos delincuentes quienes lo abordaron cuando abría la reja que da acceso a la parte posterior de la panadería. Supuestamente dentro del local se encontraba el panadero, que había llegado más temprano a preparar la masa para los panes y los postres, pero al escuchar lo que sucedía se pudo esconder.
A Correia lo llevaron hasta el baño del establecimiento y allí le dieron tres tiros. Los delincuentes revolvieron todo lo que consiguieron tanto en las oficinas, como en la panadería y lograron llevarse un dinero que no había sido depositado. También forzaron una caja que utilizaban para guardar dinero, pero a la víctima no le quitaron su cartera, donde tenía otra cantidad de efectivo.
La víctima tenía 50 años con ese negocio y llegó a Venezuela cuando apenas tenía 16 años. Aquí levantó a su familia y el próximo viernes se regresaba a vivir definitivamente a Portugal, por la inseguridad que hay en Venezuela, según contaron algunos parientes de la víctima que prefirieron no ser identificados, pues alegan que ellos se mantendrán en la zona y temen ser atacados.
«Esto es el colmo. Nos roban a cada momento, se meten a los locales, en la mañana, en la tarde y nosotros estamos indefensos, como el resto, pero somos personas que trabajamos por el país», expresó una de las sobrinas del comerciante asesinado.
La panadería El Faro está ubicada entre las esquinas de Miguelacho y Peligro, a escasos 50 metros de una carpa de la Guardia del Pueblo.
Los familiares de Correia advirtieron que los funcionarios que allí estaban tuvieron que haber visto el momento en que la víctima fue sometida o cuando los delincuentes, porque están en la esquina de la cuadra.
Los comerciantes de la zona trancaron las vías hasta las 2:00 de la tarde, como medida de protesta por el homicidio y inseguridad que hay en la parroquia. Pedían la presencia del viceministro José Vicente Rángel Ávalos pero finalmente conversaron con el general Américo Villegas, director del despacho del Viceministerio de Seguridad Ciudadana, quien se comprometió a desplegar un operativo de seguridad especial.
THÁBATA MOLINA | EL UNIVERSAL