El primer macro proceso de las prótesis mamarias fraudulentas, comercializadas por la empresa Poly Implant Prothèse (PIP), cobrándose más de 500.000 víctimas, en cinco continentes, comenzó este miércoles, en Marsella, con vivos enfrentamientos entre el principal de los acusados, Jean-Claude Mas (73 años), y varios centenares de mujeres llegadas de toda Francia.
«¡Chorizo!» «¡Canalla!» «¡Guarro!», comenzaron a gritar decenas de mujeres reunidas en las inmediaciones del Palacio de Justicia, a la llegada de Mas, el dirigente de PIP que concibió personalmente unas prótesis mamarias fabricadas con silicona no autorizada, con un éxito comercial fulgurante.
Mas y cuatro de los directivos de su empresa podrían ser condenados a cinco años de cárcel, si el tribunal considera oportunas las querellas de más de las 3.000 primeras mujeres que han presentado denuncias individuales y colectivas contra los dirigentes de la empresa que fabricaba las prótesis mamarias que terminaron descubriéndose fraudulentas y peligrosas para la saluda de decenas y centenas de millares de mujeres.
Mas y todos los directivos de PIP se han declarado insolventes, diciendo vivir de modestas jubilaciones de 1.700 a 1.900 euros mensauales. La empresa se declaró en quiebra y cerró, hace dos años, sin indemnizar a nadie, perseguida judicialmente, así mismo, por las autoridades sanitarias, que fueron las primeras en alertar a la opinión pública.
El primer proceso de las prótesis mamarias fraudulentas y nocivas debe durar un mes largo, y comenzó desbrozando los enfrentamientos procedimentales entre la defensa y las víctimas. Los abogados del propietario y los directivos de PIP intentan escudarse en su insolvencia, su «buena fe» y algunas argucias de procedimiento.
Los abogados de las víctimas defienden cuestiones de principio básicas: indemnizaciones y condena de una empresa cuyas actividades consideran «peligrosas y criminales» para la salud pública.
Insolventes el propietario y los directivos de PIP, las víctimas desean que «alguien» (las autoridades sanitarias, el Estado) terminen por afrontar la responsabilidad médica y económica de unos trastornos individuales que han sido particularmente graves, en muchos casos.
El carácter «criminal y peligroso» para la salud pública de las implantaciones mamarias fabricadas por PIP, con silicona no autorizada, también es denunciado por varios organismos gubernamentales, víctimas ellos mismos de las argucias y negocios turbios de la empresa.
El primer proceso, en Marsella, debiera prolongarse durante un mes, largo. Mientras tanto, siguen su instrucción otros procesos menos «globales» y más particulares. Bastantes víctimas de las prótesis fabricadas por PIP han sido víctimas de problemas médicos graves. Algunas han muerto, víctimas de algún cáncer de origen mal explicado. En curso de instrucción, esos casos abrirán nuevos procesos que también pudieran tener muchas ramificaciones internacionales, ya que las 500.000 víctimas de las prótesis fraudulentas están desperdigadas por cinco continentes.// IPP
Fuente: abc.es
