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Coloquio Cambio climatico: En Caracas el sistema de drenaje está a punto de ser rebasado por las lluvias

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Coloquio Cambio climatico: En Caracas el sistema de drenaje está a punto de ser rebasado por las lluvias

 

Autoridades deben adecuar las obras hidráulicas y reforestar cuencas y ciudades para disminuir el impacto de precipitaciones en las localidades, sugirió el ingeniero Valdemar Andrade en coloquio sobre el cambio climático. Advirtió que el deslave de La Guaira y la DANA en Valencia son fenómenos distintos

Venezuela está “medianamente” preparada para enfrentar el cambio climático, pero en caso de lluvias, la mayoría de las obras hidráulicas de drenaje y de manejo del agua del país debe ser revaluada, porque sus límites de capacidad están rebasados por esos eventos, advirtió el ingeniero hidrometeorologista Valdemar Andrade (*)

El profesor citó el caso de Caracas, donde las lluvias de 30 milímetros o 30 litros por metro cuadrado “ya están generando inundaciones”, como ocurrió en fecha reciente, a pesar de que en el pasado ese umbral de capacidad de drenaje era de 40 o más milímetros.

Prevé que en el futuro ese límite puede llegar a 20 milímetros y “será generadora de inundaciones, debido a las cuencas cada vez más intervenidas, zonas deforestadas y ciudades más impermeables”, según dijo. Por ello, instó a las autoridades a adecuar los sistemas y reforestar cuencas y ciudades para “disminuir en lo posible el impacto de esas lluvias en las localidades”.

Andrade hizo sus señalamientos en el conversatorio Cambio Climático y Ciudad, organizado por la asociación Noucty Consultores que trabaja en modelos de gestión sostenibles, y en el cual también participaron la geógrafa e investigadora Karenia Córdova, el biólogo Raúl Pulido y Edgar Velásquez, investigadores de los impactos en el medio ambiente.

Vaguadas y DANAS

Allí, el especialista en fenómenos hidrometeorológicos explicó que la temporada de lluvias en Venezuela se sitúa entre mayo y octubre de cada año, y las precipitaciones son de dos tipos: las provenientes de las zonas de convergencia intertropical y las ocasionadas por ondas del este.

Puntualizó que si bien Venezuela no está tan expuesta a efectos del cambio climático por su ubicación tropical, sí pueden ocurrir lluvias más peligrosas para la población, como la vaguada, tal como ocurrió en el deslave de Vargas, en 1999.

Las vaguadas son lluvias que se sitúan en una localidad, y si no se mueven  saturan el suelo y ocasionan desastres, y aunque se ha igualado por redes el fenómeno de Vargas al de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que inundó Valencia, España, en una tragedia de grandes dimensiones, Andrade puntualizó que no son iguales

“En el caso de Vargas llovió cerca de 550 litros por metro cuadrado durante tres días en una zona de pendiente geográfica muy alta, hubo capacidad de infiltración, erosión,  deslave y ocurrió el desastre. En contraste, en Valencia cayeron 400  litros de lluvia por metro cuadrado en ocho horas, no hubo tiempo de que se saturaran los suelos, y más bien llegaron grandes crecidas que se llevaron poblaciones más arriba de la ciudad. Son fenómenos diferentes”.

Añadió que las DANAS son eventos naturales que ocurren cada cierto tiempo en España, y lo particular de esta DANA es que fue muy intensa, muy por encima de lo normal. “Se esperaba que estuviese en el orden de 150  o 200  milímetros y cayeron 400.  Y es que en 1962 ocurrió una DANA que afectó la ciudad y eso ocasionó que canalizara el rio que atraviesa esa ciudad y se mudó hacia el sur. Dada esa canalización, la ciudad de  Valencia en sí no sufrió  el daño de otras zonas aguas arriba”.

¿Preparados para el cambio climático?

Andrade indicó que el fenómeno del cambio climático puede notarse en el aumento de la temperatura, lo que genera una cantidad de acontecimientos como la desaparición de los glaciares de la cordillera andina, que es el principal efecto visual, pero también más incendios forestales y sequias más largas.

“Estas disminuyen la captura de CO2 que es importante para mantener el ambiente, y colocación de carbono en el suelo y se incrementa la erosión, la desertificación, y esta genera pérdida de vegetación y especies animales”. Mencionó que en Caracas “una isla de calor fundamental” es la zona de Las Mercedes, por la densidad de infraestructura y la deforestación.

Lo mismo ocurre con las lluvias que son cada vez más intensas, de mayor magnitud y más frecuentes, y esto aumenta la erosión, los deslaves y los movimientos de suelo. Al mismo tiempo, al aumentar la lluvia crece la vegetación en algunas localidades y la captura CO2 como efecto sumidero, y esto genera a su vez un incremento de la lluvia a futuro, según indicó.

Ante esta situación, Andrade consideró indispensable la activación de autoridades y de la población.  Por una parte, las primeras deben adecuar  todos los sistemas de drenaje en las ciudades y todas las obras hidráulicas existentes.

Consideró que Protección Civil y Bomberos están preparados en cuanto a educación y formación, pero “no están actualizados los insumos y equipos que podrían ser de mucha utilidad a la hora de un siniestro y de alguna acción que deban ejecutar”, Agregó que PC también debe precisar el umbral de lluvia que genera riesgo hidrológico en cada localidad.

Al mismo tiempo, las comunidades más vulnerables como las ubicadas en las riveras del Guaire en el este de Caracas, debe tomar consciencia de los riesgos y tratar de adaptarse, hacer una observación de su entorno y adquirir conocimientos y organizarse para que en el caso de que haya un evento extraordinario  de lluvia o crecida sepa actuar y cómo hacer simulacros permanentes.

“Los venezolanos tenemos poca cultura del simulacro, hacemos un simulacro una vez cada cinco años aproximadamente, y deberíamos hacerlos por lo menos dos veces al año para estar entrenados y educar a la población, a los estudiantes, para que sepan cómo actuar en caso de una situación crítica”.

 

Ing. Valdemar  Andrade

*Valdemar Andrade es ingeniero hidrometeorolgista de la UCV, con maestría de Planificación de Recursos Hídricos de la USB; trabajó en la dirección de Hidrología del MOP, Ambiente, y la CVG Electrificación del Caroní en el área de Hidrología y Planificación de sistemas eléctricos. Participó en la evaluación de importante infraestructura en el Bajo y Alto Caroní y el Uribante Caparo. Participó además en la evaluación energética y económica de aumentar la cota máxima de operación del Guri de 270 metros sobre el nivel del mar a 271 metros sobre el nivel del mar. Fue coordinador del Grupo de Trabajo Estratégico para el Desarrollo Hidroeléctrico del Alto Caroní, río Paragua y río Caura; y en estudios de expansión de Generación de Edelca y del Sistema Interconectado Nacional y de Planificación Operativa del Bajo  Caroní. Fue asesor del Banco Interamericano para el Rediseño de la Red Hidroclimática de Ecuador y colaborador de la Estación Climatológica de la  UCV. Es también profesor jubilado a tiempo convencional del Departamento de Ingeniería Hidrometeorológica de la UCV, en áreas de Hidrología y Estadística.

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