La noticia de que un grupo de 30 guerrilleros del ELN habían decidido entregar sus armas y que, admirado por el gesto, el presidente Juan Manuel Santos los había recibido este martes en Cali despertó suspicacias en la prensa colombiana.
De acuerdo con la revista Semana, ya de por sí era sospechoso que toda una cuadrilla de guerrilleros del ELN se hubiera desmovilizado, dado que es la misma organización que Santos intenta empujar desde hace meses hacia el diálogo de paz.
Pero distintas pistas hicieron que la desconfianza fuera generalizada. El artículo de Semana enumera, en primer lugar, el hecho de que un frente tan diezmado del ELN operara en una zona altamente militarizada.
También resultó llamativo el que los supuestos desmovilizados tuvieran la ropa muy limpia y en buen estado, mientras que las botas y los morrales parecían nuevos y las pañoletas de insignia no estaban desgastadas.
Por otro lado, los camuflados que lucían eran similares a los del Ejército y no se parecían en lo absolutos a los usados en el ELN, tal como se desprende de las imágenes que la guerrilla difunde de sí misma.
Dada la situación, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, aseguró que también fue una “sorpresa” para él y que “por eso” le preguntó a uno de los cabecillas del frente por qué su vestimenta estaba tan impecable. La respuesta fue que “querían llegar con dignidad”.
Con respecto a las botas, similares a las usadas por las Fuerzas Militares, Pinzón le indicó a la emisora Blu que es común que tengan material del mismo tipo que la Fuerza Pública, porque “los guerrilleros roban el material a los uniformados”.
«Esta es la desmovilización más grande que se ha hecho del ELN. Nunca antes habíamos tenido un grupo tan grande de desmovilizados», había dicho Santos el martes. Sus declaraciones, aún así, no convencieron a todos.
Fuente: Agencias