De los 42 trabajadores que tiene el colegio Monseñor Benítez, entre maestros y administrativos, 25 están afectados por el virus del chikungunya, también conocido como la enfermedad del encorvado.
No solo los empleados están enfermos, pues 50 estudiantes también están “enchinkunguyados”. Esa situación alarma a la directiva, que insta a los entes gubernamentales a visitarlos, porque detrás del colegio existe una fuente de agua que pertenece a la iglesia Inmaculada Concepción y está sin uso, llena de agua y basura. A simple vista, se ven un montón de mosquitos saltando sobre el agua.
La hermana María Márquez, directora del colegio, pide atención urgente al caso y solicita una nueva fumigación al plantel. Explica que han tenido que pagar suplentes para dar cumplimiento al calendario escolar y dice que han tenido que ser flexibles con las evaluaciones.
A los más chiquitos les mandan tareas con sus padres, quienes tienen la responsabilidad de llevar los cuadernos todos los días a revisión. De esa manera, no se retrasan, porque en los niños la recuperación es de 5 a 7 días. “Tenemos pocos recursos. Los padres colaboran, pero necesitamos más apoyo”, resalta la directora.
Aparte del virus, tienen que calarse madre sol cuando hacen Educación Física en la cancha sin techo. Relata que a los jóvenes les salen manchas en la piel y sugiere colocarles protector solar.