Tras un 2025 de desafíos históricos, el especialista propone un «ejercicio de memoria familiar» como la herramienta definitiva para que el emprendedor venezolano transforme la nostalgia en resiliencia.
Al cierre de un 2025 que se define como uno de los años más complejos para el ecosistema de negocios en Venezuela, la mirada de los emprendedores suele centrarse en las cifras y las metas por cumplir. Sin embargo, para Félix Ríos Álvarez, especialista y promotor del emprendimiento, la clave del éxito para el próximo ciclo no reside solo en los libros de estrategia, sino en la reconciliación con la historia familiar.
En una reciente reflexión, Ríos Álvarez instó a los dueños de negocios —desde los novatos hasta los inversionistas expertos— a realizar un balance que trascienda lo material, aprovechando la atmósfera decembrina para fortalecer su espíritu a través del afecto.
El «Ejercicio de Memoria»: Luces sobre las sombras
Para Ríos, diciembre es la ventana ideal para identificar las “señales de vida y de trabajo” heredadas de nuestros antepasados. En un contexto marcado por la migración, este ejercicio cobra especial relevancia para mantener el vínculo con quienes están lejos.
“La memoria nos permite transitar de ver la historia en blanco y negro a entender que hay luces y sombras. Reconciliar es dejar que la luz entre donde todo está oscuro”, resaltó Ríos, subrayando que entender de dónde venimos es lo que otorga la verdadera autonomía para decidir hacia dónde vamos.
Claves para el Emprendedor de cara al 2026
Más allá de las metodologías tradicionales, el experto compartió cuatro pilares fundamentales para cerrar el año con fortaleza interior:
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Explorar el ADN laboral: Identificar cómo nuestros padres o abuelos sortearon sus propias crisis. Sus éxitos y fracasos son el primer manual de negocios que recibimos.
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Resiliencia con propósito: Ver los testimonios de perseverancia familiar como una guía práctica para navegar los retos actuales de la economía venezolana.
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Comunicación desde la empatía: En las cenas de Navidad y Año Nuevo, priorizar el respeto sobre las diferencias, construyendo puentes afectivos que sirvan de red de apoyo.
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Trascender el consumo: Entender que el regalo más valioso del emprendedor hacia su entorno no es el objeto material, sino la presencia y el vínculo duradero.
De la nostalgia a la aceptación
Finalmente, Félix Ríos invitó a la comunidad a dar el paso valiente de la nostalgia a la aceptación. Al honrar las raíces y aceptar la realidad con una «actitud echada para adelante», el emprendedor venezolano no solo construye un negocio, sino un legado de solidaridad y autonomía.
«Emprender es, en esencia, una actitud ante la vida que se fortalece cuando reconocemos nuestro origen», concluyó.
Con informaxción de radiofeyalegria.com
