La actividad agrícola en Venezuela registró una recuperación importante en 2022; sin embargo, el escenario en 2023 luce complejo, porque las condiciones en las que los productores agrícolas siembran y cosechan han mejorado muy poco, e incluso se producen retrocesos importantes, como el caso del agravamiento de la crisis del acceso a combustibles.
¿Cuáles son los factores que determinan el posible retroceso de la actividad agrícola este año? La Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) publicó una lista de 10 «nudos críticos» que amenazan con inviabilizar los esfuerzos de recuperación de este sector:
«Limitado acceso al financiamiento. La obligación de la banca de depositar en el BCV un alto porcentaje de sus depósitos (73%) y una desacertada administración de la cartera productiva».
«Escasez de combustible. El diésel y la gasolina mueven el sector agrícola, es imposible preparar tierras, sembrar, abonar, controlar plagas y enfermedades, cosechar, mover insumos, movilizar el personal obrero y comercializar las cosechas sin combustible».
«Contrabando e importaciones sin pago de aranceles, IVA e impuestos aduanales que arriban al país en época de cosecha nacional, en volúmenes considerables, de dudosa calidad y en rubros con marcada contracción del consumo».
«Hostigamiento del hampa organizada. Asalto a fincas, abigeato, secuestro, robo y vacunas prevalecen a la orden del día. Ejes productivos de gran importancia regional son territorios de pranatos y otros tipos de bandas».
«La inflación en dólares, superior al 50% interanual, limita el crecimiento de la frontera agrícola. Cada vez es más reducida la capacidad de crecer, sin financiamiento y con el crecimiento de los costos de producción».
«La siembra a ciegas. No es posible iniciar un ciclo productivo sin previo acuerdo de la forma como se determinará el precio. A manera de ejemplo, en los cultivos de ciclo corto, pasan más de seis meses desde la compra y acopio de insumos a la entrega de la cosecha.
«El agotamiento de la vida útil del 90% del parque de la maquinaria, equipos e implementos agrícolas del país».
«El retraso tecnológico. Nuestros centros de investigación y de transferencia de tecnología están en un abandono preocupante».
«La desatención oficial y el deterioro institucional. Muy pocas iniciativas para el sector agrícola surgen y se desarrollan en los organismos del Estado para apuntalar el crecimiento y cada vez es más pesada la carga burocrática que soportan».
«La persistencia de atentados contra la propiedad. La apetencia por tomar los bienes privados aún persiste y grupos políticos respaldados por autoridades locales no cejan en su empeño de afectar la propiedad privada en ejes productivos de importancia regional».
Décadas de retroceso
De la lista de 15 rubros considerados estratégicos para la producción agrícola nacional, solo tres reportaron decrecimiento interanual al cierre de 2022: Sorgo (-27%), Papa (-2%) y Soya (-28%).
Los crecimientos de producción más destacables correspondieron a Arroz (+77% hasta 429.970 toneladas); Tomate (+65% hasta 65.300 toneladas); y Cebolla (+63% hasta 61.800 toneladas).
En promedio, la producción de estos 15 productos abasteció 26,42% de una disminuida demanda nacional. No obstante, en este punto destaca el frijol chino como único rubro cuya producción genera excedente, con un nivel de abastecimiento de 142,6%.
Entre los productos más destacados por la proporción de abastecimiento al mercado nacional destacan el maíz blanco, con una participación local de 62%; la papa, con un nivel de cobertura del consumo interno de 45,8%; el arroz con 35,4%; y el café con 28,3% del mercado.
La tarea de recuperación que debe enfrentar el sector agropecuario venezolano no es menor, porque, en general, los totales de producción han retrocedido décadas en un contexto extremadamente complejos.
Los datos de Fedeagro son más que elocuentes; por ejemplo, el gremio indica que la producción de naranjas que se ubicó en 5.600 toneladas en 2022 fue equivalente a la obtenida en 1950; igual ocurre con las 510.000 toneladas de café, un volumen similar al registrado hace 73 años.
Las 65.300 toneladas de tomate ubican el rubro en la misma producción de 1967; las 3.300 toneladas de sorgo de 2022 son equivalentes a la cosecha de 1965; mientras que las producciones de maíz blanco (729.500 toneladas) y de maíz amarillo (359.600 toneladas) son las mismas de 1994, un retroceso de 29 años en un rubro crítico.
2001