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Cinco consejos para enseñar a tu hij@ que no le toquen donde no se debe

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Cinco consejos para enseñar a tu hij@ que no le toquen donde no se debe

Los niños son dueños de su propio cuerpo, les pertenece. Tienen derecho a decir «no» si no quieren ser tocados o acariciados.

 

Y los adultos deben respetarlo. Así son algunas de las enseñanzas que ofrece el cuento «La regla de Kiko», una guía elaborada por el Consejo de Europa para prevenir la violencia sexual sobre los menores, una lacra que sufre, desgraciadamente, uno de cada cinco niños.

 

Nunca es demasiado tarde para enseñar a un niño hasta dónde le puede tocar un adulto u otro niño. Los más pequeños y los más mayores tienen que conocer hasta dónde llegan las caricias y los tocamientos. Su cuerpo y su intimidad hay que salvaguardarlas. De todo ello habla este cuento, una sencilla guía que ayuda a padres y educadores a explicar a los niños y niñas dónde otras personas no pueden tocarles,cómo reaccionar y a quién dirigirse si alguien lo hace.

 

Enseña a los niños a que nadie les toque las partes cubiertas por su ropa interior.

 

«La Regla de Kiko» (especialmente dirigido a niños de 3 a 7 años) expone un principio fundamental: los niños no deberían permitir que otros niños o adultos toquen partes de su cuerpo que suelen ir cubiertas por su ropa interior. Y no deberían tocar a otros niños, niñas y/o adultos en esas zonas. Con diversos iconos, juegos y, sobre todo, siguiendo al personaje («Kiko), los niños aprenderán cómo mantener su intimidad sexual. El cuento se completa con otros materiales (un video que se puede ver por internet y diversos carteles y postales).

 

Todos estos recursos están disponibles en una web que el Consejo de Europa ha creado especialmente para esta campaña (www.laregladekiko.org) y en la web de la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil en España (www.fapmi.es).

 

 

Estas son algunas de los principios de «La regla de Kiko»:

 

1. Tu cuerpo es tuyo: Los niños tienen que aprender que su cuerpo es suyo y les pertenece, por tanto nadie puede tocarles sin su pemiso. Desde una edad temprana pueden aprender que existe «partes privadas del cuerpo». Utilizando los nombres correctos para los genitales y otras partes les ayudará a saber lo que no está permitido.

 

Los menores pueden decir «no» a un beso o una caricia incluso de un ser querido, y este debe respetarlo.

 

2. Existen buenas formas de tocar y otras malas: Los niños no siempre reconocen cuando se les toca de forma apropiada o inapropiada. Se les debe enseñar a identificar cuando no está bien que alguien mire o toque sus partes privadas o que les pidan que miren o toquen las partes privadas de otra persona. «La regla de Kiko» les muestra un límite fácil de recordar: la ropa interior.

 

3. Hay secretos buenos y malos: Las personas que cometen abusos sexuales utilizan como táctica los secretos. Por eso, es primordial mostrar a los niños que hay secretos buenos y malos. Si hay un secreto que les preocupa, les hace sentir incómodos, les asusta o les pone triste, ese secreto no es bueno y deberían contarlo a un adulto de confianza.

 

4. La prevención y protección son responsabilidades del adulto: Cuando un niño ha sufrido abuso siente vergüenza, se siente culpable y tiene miedo. No hay que crear tabúes respecto a la sexualidad, pues les hará sentirse más confiados a la hora de dirigirse a un adulto y explicarles si están tristes, preocupados o nerviosos. Los niños pueden percibir que algo no está bien pero quizá no sepan explicarlo ni a quién contarselo.

 

5. Los niños deben conocer su red de seguridad, los adultos a los que se pueden dirigir y en los que confiar. Muchas veces los depredadores sexuales son personas conocidas por el niño y al pequeño se le hace muy difícil comprender que esa persona puede abusar de él. Debemos acostumbrar a los niños a que informen con frecuencia a su padres o cuidadores de la existencia de alguien que les hace regalos, que le pide que mantengan un secreto, que trata de pasar tiempo a solas con el niño…

 

Otras veces el depredador es un desconocido. Por eso, debe comenzar enseñando a su hijo normas simples: no subas al coche de un extraño, no aceptes regalos de un desconocido.

 

 

 

Fuente: ver.bo

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