La baja demanda nacional y la falta de financiamiento son los principales factores que afectaron a la producción industrial en el primer trimestre de 2022 para 71% de los empresarios entrevistados para la Encuesta de Coyuntura Industrial correspondiente al primer cuarto del año.
En concreto, 55% de las industrias afirmó que se financia con capital propio, mientras que solo 26% indica haber recibido crédito bancario.
Por otra parte, 64% de los empresarios del sector manufacturero señaló que los excesivos tributos fiscales y/o parafiscales constituyen la principal amenaza, no solo por la vía del incremento de costos, sino por el impacto inflacionario que tienen, especialmente el nuevo IGTF a los pagos con moneda extranjera que, según el cálculo ajustado de Conindustria, recarga entre 12% y 18%, los precios de los bienes en divisas.
54% de los empresarios de este sector indica que el principal obstáculo es la competencia de productos importados, mientras que 48% pone el relieve los problemas de acceso a proveedores de materia prima.
Pese a que 64% de las empresas industriales encuestadas dijo haber aumentado su producción en el trimestre, la utilización de capacidad instalada se estancó al ubicarse en 27,6%, apenas unas décimas por encima del 27% obtenido en el último cuarto de 2021.
– La situación salarial –
Al igual que la capacidad utilizada, la generación de nuevos empleos también se estancó en el primer trimestre del año, ya que 53% de las empresas señaló que sus nóminas se mantuvieron sin cambios, mientras que 29% reportó haber aumentado «poco» los puestos de trabajo.
En el otro extremo, solo 3% de las empresas manufactureras declara haber hecho grandes reducciones de nómina, mientras 15% señaló haber hecho reducciones escasas.
En consecuencia, parece que la estrategia se limitó a tratar de mejorar las condiciones salariales de sus trabajadores activos; sin embargo, el presidente de Conindustria, Luigi Pisella, reconoce el rezago de las remuneraciones, pero indica que estas deben estar atadas a mayores aumentos de productividad.
En concreto, el salario promedio del sector obrero se ubicó en 130 dólares mensuales, un aumento de 67% en comparación con el trimestre anterior; el personal técnico y profesional devengó una media de 339 dólares al mes, un alza trimestral de 57%; mientras el estamento gerencial ganó un promedio de 779 dólares mensuales, que representó una subida de 88%.
Los salarios mensuales para el personal obrero oscilaron 95,36 y 155,89 dólares mensuales según el tamaño de las empresas y, dada la reducida estructura del parque industrial, el promedio de remuneraciones se vio afectado por el ingreso inferior a 100 dólares mensuales ofrecido por la pequeña manufactura, cuando una canasta alimentaria básica se ubicó, al cierre de marzo en 370 dólares.
La mediana industria reportó un salario promedio mensual para su personal obrero de 131,79 dólares.
En resumen, el mayor salario devengado por un obrero en la industria cubre 42,13% de la cesta alimentaria básica que mide el Observatorio Venezolano de Finanzas.
– Entre bolívares y dólares –
Según Luigi Pisella, presidente de Conindustria, dos terceras partes de la economía sigue dolarizada, por lo que el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras aplicado a los pagos en moneda extranjera termina siendo gravemente inflacionario.
Sin embargo, la solución de pasarse a bolívares -como está recomendando el gobierno a los empresarios- no parece ser la alternativa adecuada, porque la estrategia de apreciación del tipo de cambio sigue generando una alta inflación en bolívares, aunque -reconoce Pisella- el morbo inflacionario se ha reducido de manera importante.
De acuerdo con la data de Conindustria, mientras la devaluación ha sido artificialmente contenida a solo 2,6% entre octubre de 2021 y abril de 2022, la inflación acumulada en el mismo período es de 45%, por lo tanto, la situación que se genera es compleja, porque los precios aún no se han estabilizado.
Fuente: 2001
