Científicos del Instituto de Tecnología de Massachusettts (MIT) han demostrado que pueden obtener electricidad del proceso por el cual las gotas de agua ‘huyen’ de superficies hidrofóbicas durante la condensación. Esta energía podría utilizarse para alimentar dispositivos electrónicos.
La investigación, llevada a cabo por el equipo de Nenad Miljkovic, profesor asociado de Ingeniería Mecánica y su equipo, se publica en la revista Applied Physics Letters. Este enfoque podría conducir a dispositivos para cargar los teléfonos móviles u otros aparatos electrónicos utilizando sólo la humedad en el aire. Como beneficio adicional, el sistema también puede producir agua limpia.
En las pruebas iniciales, la cantidad de energía producida era extremadamente pequeña: sólo 15 picovatios, o una billonésima de vatio por centímetro cuadrado de la placa de metal. Pero Miljkovic dice que el proceso podría ser fácilmente ajustado para lograr al menos 1 microvatio, o millonésima de vatio, por centímetro cuadrado.
El dispositivo en sí podría ser simple, dice Miljkovic, pues consistiría en una serie de placas de metal planas intercaladas. Aunque sus pruebas iniciales se realizaron con placas de cobre, cualquier metal conductor serviría, incluyendo el aluminio más barato.
En lugares remotos
Tal resultado sería comparable al de otros sistemas que se han propuesto para recoger calor residual de las vibraciones o de otras fuentes de energía del ambiente, y representa una cantidad que podría ser suficiente para proporcionar potencia útil para dispositivos electrónicos en algunos lugares remotos.
Por ejemplo, Miljkovic ha calculado que con 1 microvatio por centímetro cuadrado, un cubo que mida alrededor de 50 centímetros de lado podría ser suficiente para cargar completamente un teléfono celular en aproximadamente 12 horas. Aunque pueda parecer lento la gente en áreas remotas puede tener pocas alternativas, explica.
Hay algunas limitaciones. Como es lógico, debido a que el proceso se basa en la condensación, se requiere un ambiente húmedo, así como una fuente de temperaturas más frías que el aire circundante, tales como una cueva o un río.