El banco central de China redujo el jueves la tasa de interés de sus préstamos a un año e inyectó 33.000 millones de dólares a los mercados financieros, coincidiendo con la divulgación de datos que reflejan un debilitamiento de la segunda economía mundial.
La tasa de interés para los préstamos a un año a las entidades financieras (MLF) pasó del 2,75 al 2,65%, indicó el banco central, cuya última reducción de esta tasa se remonta a agosto de 2022.
La tendencia del MLF generalmente orienta la tasa de crédito de referencia para los hogares, las empresas y los préstamos hipotecarios, por lo que es seguida de cerca por los mercados.
Una baja en la MLF reduce los costos financieros de los bancos comerciales y los estimula a prestar más, lo que potencialmente aumentaría el consumo local.
Igualmente, el Banco Popular de China (BPC, central) anunció la inyección de 237.000 millones de yuanes (33.000 millones de dólares) en la economía mediante los MLF «para mantener una liquidez razonable y suficiente en el sistema bancario».
El anuncio se produce en un momento complicado para la economía china, con la publicación de indicadores decepcionantes en las últimas jornadas.
El BPC había anunciado esta semana un inesperado recorte en la tasa de interés de corto plazo, que según analistas refleja una creciente preocupación de las autoridades chinas con la situación económica.
En una nueva señal de debilidad, la tasa de desempleo entre los jóvenes de 16 a 24 años en China subió en mayo al 20,8%, una cifra récord, señaló el jueves la Oficina Nacional de Estadística.
Débil recuperación
Para el conjunto de la población urbana, la tasa de desempleo en mayo se situó en 5,2%, sin cambios respecto al mes anterior.
China anunció las últimas semanas una serie de indicadores que apuntan a que la recuperación posterior al levantamiento de las restricciones anticovid a finales de 2022 se está ralentizando y en algunos sectores ni siquiera se llega a concretar.
La inflación fue casi nula en mayo, de 0,2% interanual, señal de una demanda débil y un entorno empresarial complicado, y las exportaciones, motor histórico de crecimiento del país, cayeron un 7,5% interanual después de dos meses de expansión.
La oficina de estadísticas del gigante asiático también publicó este jueves un crecimiento del 3,5% de la producción industrial, que había aumentado un 5,6% en abril.
Las ventas minoristas, principal indicador del consumo de los hogares, incrementaron un 12,7% interanual, en claro retroceso respecto al 18,4% en el mes anterior.
Las autoridades pronosticaron para este año un aumento del PIB de «alrededor del 5%», lo que sería uno de los ritmos de crecimiento más bajos desde hace décadas en el gigante asiático.
La baja demanda interna, la inflación cercana al estancamiento y la incertidumbre global están lastrando la recuperación de la segunda economía mundial después de haber levantado las restricciones anticovid.
«Todos los datos hasta ahora envían señales consistentes de que el impulso económico se está debilitando», dijo en un comentario Zhiwei Zhang, presidente de Pinpoint Asset Management.
El economista y consejero gubernamental Liu Yuanchun pidió esta semana a los reguladores recortar los costos de los préstamos para aliviar la carga financiera de las empresas pequeñas y medianas.
Globovisión