Según el «Panorama de deuda soberana 2014», que realiza todos los años la OCDE, Chile tendrá requerimientos de endeudamiento por 6.282 millones de dólares en 2014, lo que equivale al 2,1% de su PIB.
Se trata de la proporción más baja de todos los países miembros, que promedian un 20,4%. Islandia, uno de los países con mejor calidad de vida del mundo, es el único que tiene una relación similar.
Si se considera la deuda pública, Chile es el tercero mejor ubicado. Representa el 34,2% del PIB.
También ingresa en el podio en el nivel de vencimiento medio de la deuda nacional, conocido como ‘maturity’. Con una media de 11,1 puntos, sólo está por debajo de Irlanda y el Reino Unido, que ostentan 11,2 y 15,3 puntos respectivamente.
Esto funciona como una suerte de blindaje frente a futuros vaivenes en las finanzas internacionales. «Se espera que un país con un vencimiento medio superior sea menos vulnerable a una fuerte subida de tasas de interés», sostiene el informe.
Una de las claves para entender estos resultados es el crecimiento experimentado en los últimos años por el precio del cobre, su principal producto de exportación. Pero esta realidad ha sido común a otros países latinoamericanos, que también se vieron favorecidos por el auge de los commodities. Sin embargo, muchos derrocharon los excedentes de divisas, mientras que Chile hizo un uso responsable, con el largo plazo en el horizonte.
«Chile siempre va a salir bien parado en este tipo de comparaciones, porque aprovechó bien el superciclo de los commodities, y ha tenido gobiernos fiscalmente serios», aseguró Manuel Bengolea, gerente general de Octogone, consultado por El Mercurio.
Como consecuencia, las principales calificadoras de riesgo le otorgan al país las mejores notas a la deuda soberana entre los emergentes.
Agencias