Hugo Chávez podría haber sido trasladado el pasado viernes por la mañana a Cuba, desde la isla venezolana de La Orchila, donde llevaba casi una semana, ante un nuevo agravamiento de su condición. Para perplejidad de parte de los médicos que le atienden, el deseo de prolongar la vida de Chávez está motivando decisiones poco comunes, según aseguran a ABC fuentes en contacto con los facultativos.
El cambio a La Habana, en un avión ambulancia, se habría producido después de que, al parecer, el jueves 28 de febrero por la noche el paciente sufriera una crisis. La falta de cierto instrumental médico en la reformada enfermería de la residencia presidencial de La Orchila habría determinado la vuelta a Cuba. Chávez había llegado a La Orchila casi un semana antes, al descubrirse que una nueva tumoración le estaba afectando ya el 35% del pulmón izquierdo y determinarse que en el Hospital Militar de Caracas ya no había mucho más que hacer.
A pesar de la aseveración del Gobierno de que Chávez está en el Hospital Militar caraqueño, en los últimos días ningún ministro ha asegurado haber estado allí con el presidente. Diferentes observadores han apuntado la incongruencia de que en la misa que hubo el viernes para inaugurar la nueva capilla del centro no hubiera ningún familiar, salvo una hija. Tampoco Maduro subió a ver al supuesto paciente. Curiosamente en sus declaraciones a la televisión apuntó al edificio y dijo que allí estaba la «habitación» de Chávez (no el presidente mismo).
Que al final no hubiera regresado a Caracas sino a La Habana probablemente obedece al interés de mayorsecretismo por parte del vicepresidente Nicolás Maduro y quienes están controlando políticamente el proceso. Su presencia en el Hospital Militar facilitaba la posibilidad de un acto de juramentación, dado que se podía movilizar en cualquier momento a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que debían atestiguar la jura. Sin embargo, esto parece haberse descartado por el empeoramiento del paciente y también por el hecho de que una posible simulación fue puesta al descubierto por este diario.
Pugna de magistrados
La juramentación beneficiaba a Maduro, pues Chávez entonces podría nombrarle en firme como vicepresidente. Así sería él quien institucionalmente encabezaría el país hasta la celebración de elecciones tras la posterior renuncia o muerte del presidente. Si no ocurre la juramentación, constitucionalmente le correspondería el mando al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. No es un secreto que Maduro, y los cubanos que le apoyan, temen una maniobra de Cabello si finalmente queda al cargo del país.
En medios del TSJ se asegura que la pugna que mantienen ambos se ha trasladado también a este tribunal, con una guerra abierta entre los magistrados alineados con uno u otro. El reciente empate a votos para presidir el TSJ entre la actual presidenta, Luisa Estela Morales, próxima a Maduro, y Gladis Hernández, cercana a Cabello, muestra esa división. Los magistrados afines al presidente de la Asamblea Nacional podrían haber amenazado con desvelar el engaño en caso de que el TSJ avalara una falsa juramentación de Chávez, cuya documentación en cualquier caso ya habían firmado, como publicó ABC.
Fuente: ABC