La expresidenta de Argentina Cristina Fernández (2007-2015) dejó hoy abierta la posibilidad de presentarse como candidata a las elecciones legislativas de octubre próximo, al considerar que es necesaria una propuesta para «poner límites» a las políticas del Gobierno de su sucesor, Mauricio Macri.
«Si es necesario que yo sea candidata para darle mayor cantidad de votos a esta propuesta (su formación, el Frente para la Victoria) y que podamos ganar las elecciones, lo soy», aseveró la viuda del también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) en una entrevista con el canal C5N.
Fernández, que a lo largo de su trayectoria ya ocupó bancas en el Senado y en la Cámara de Diputados, aclaró que «nadie puede suponer» que está ahora «detrás de un cargo» de senadora o diputada.
«Pero hay responsabilidades históricas y hay que construir la unidad», subrayó, al sentir la «obligación» de tratar de unir «lo más que se pueda» para ponerle «límites» al «ajuste neoliberal» que a su juicio está viviendo Argentina.
En este sentido, afirmó que si se lo piden va a ser candidata pero remarcó que no va a ser «un obstáculo» en el caso de que no se dé esa situación.
«Si de repente visualizan que hay otro candidato que puede garantizar el triunfo y ganar y ponerle límites a este Gobierno (…) pues bienvenido sea», aseveró.
Las elecciones del próximo 22 de octubre -con primarias el 13 de agosto- renovarán 127 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados, para un mandato de cuatro años y en la de Senadores estará en juego un tercio de los asientos del recinto (24).
Los comicios llegarán después de dos años en los que ninguna fuerza tenía la mayoría.
Durante la entrevista, la exmandataria no escatimó en fuertes críticas a su sucesor, sobre todo en el ámbito económico, al reprochar que el país esté endeudado en 97.000 millones de dólares, que señaló es «más del doble» de lo que se endeudó la última dictadura (1976-1983).
En su opinión, hay que hacer una auditoría para saber dónde fue el dinero, ya que aseguró que no fue «ni a planes de promoción social, ni a obra pública ni a jubilados».
«Está deuda… cómo se va a pagar. Van a venir a por el fondo jubilatorio», vaticinó.
«En un año y medio la gente cada vez está peor», reprochó y dijo que Macri no ha cumplido sus promesas de campaña y cuenta con un «blindaje y amurallamiento casi obsceno por momentos» por parte de los medios de comunicación.
La exmandataria criticó también al presidente al referirse a la investigación por el supuesto pago de sobornos por parte de la empresa brasileña Odebrecht a funcionarios y empresarios locales en el marco del escándalo de corrupción brasileño «Lava Jato».
«Si Odebrecht ha reconocido que ha pagado 35 millones de dólares lo primero que hay que hacer es suspender las obras» que todavía se desarrollan, añadió, para señalar que «si hay que investigar a Odebrecht hay que investigar a los socios en Argentina», algunos vinculados a funcionarios del Ejecutivo.
«Es Macri el que tiene que dar cuentas de la relación con Odebrecht», dijo Fernández, que recordó, para defenderse de las acusaciones de posibles irregularidades durante su Presidencia, que la empresa está en el país desde 1987, no desde 2003.
La ex jefa de Estado también se refirió a la situación de su correligionaria Milagro Sala, diputada del Parlamento del Mercado Común del Sur en prisión preventiva desde enero de 2016 por presuntos delitos de corrupción.
Tras considerarla de nuevo una «presa política», valoró como un gesto «muy importante» la carta -divulgada hoy- que el papa Francisco le envió en la que dice comprender su «dolor y sufrimiento» y confía en que se resuelva todo «bien y pronto».
«La injerencia del Poder Ejecutivo en la Justicia es descarada», espetó Fernández, que está procesada en tres causas judiciales y se considera víctima de una persecución política, mediática y judicial.
A modo de autocrítica, consideró que el Frente para la Victoria «no ha estado a la altura de las circunstancias» en lo que hace a la votación de leyes en el Senado, en clara alusión a diversos proyectos del Gobierno de Macri que fueron apoyados por legisladores kirchneristas. EFE