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Cero en logística

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Cero en logística

 

La comunidad universitaria respondió. La concurrencia fue masiva y el entusiasmo también, como lo ameritaban unas elecciones consideradas históricas después de un limbo jurídico que duró una década. Por eso es difícil digerir que las autoridades de la Universidad Central de Venezuela se permitieran fallas logísticas al acometer un proceso que tuvo suficiente tiempo para preparar. Desde temprano se vio venir el desastre: la falta de material y la lentitud provocaron la incertidumbre y, finalmente, la suspensión de las votaciones y su diferimiento para una nueva fecha.

 

 

Al analizar qué pasó, expertos consultados coinciden en que el problema se inició con la decisión de descartar la automatización y adoptar un sistema híbrido, para tener voto manual y conteo automatizado a través de lectoras ópticas que requieren boletas fabricadas con un papel especial. La comisión electoral (impulsada por la rectora Cecilia García Arocha) optó por este sistema a pesar que desde la Escuela de Computación de la propia universidad le presentaron opciones de automatización más razonables.  La decisión de refaccionar las lectoras ópticas de la UCV (que tenían 10 años sin usarse) y la impresión de boletas le costó a la universidad, al menos, 30.000 dólares. Además, las resguardaron en un lugar donde la humedad hizo de las suyas y dañó muchas de las papeletas que, por sus características, no pudieron ser sustituidas. Un problema similar al que ocurrió en las megaelecciones del año 2000, cuando las boletas que imprimió el Consejo Nacional Electoral no pasaban por las lectoras ópticas de Indra. Es decir, el problema era previsible.

 

 

No es de extrañar entonces la reacción de los estudiantes al pedir la renuncia de la rectora en ejercicio. Los miembros de mesa cuentan que estuvieron casi cuatro horas esperando que llegara el material para instalarlas. Cuando por fin llegó era insuficiente para que votara la cantidad de electores que pasaron de la emoción a la incredulidad. Lamentable que los hayan subestimado.

 

 

La pregunta es si en la nueva fecha la convocatoria obtendrá la misma respuesta de quienes hicieron horas de cola y vieron frustradas sus intenciones de dar un espaldarazo a la democracia, a la universitaria y a la otra también.

 

 

Lo ocurrido debe llamar también a la reflexión a los organizadores de las primarias. Deberían poner sus barbas en remojo.

 

 

Editorial de El Nacional

 

UCV

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