Los presidentes latinoamericanos abogaron este sábado por la integración política y económica de la región durante la Sexta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac); no obstante, salieron a relucir las diferencias entre los líderes, con señalamientos hacia los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
La presencia en la cumbre del presidente venezolano, Nicolás Maduro, motivó que el mandatario de Paraguay, Mario Abdo Benítez, destacara que su participación en la reunión no significaba el reconocimiento del Gobierno de Maduro.
Igualmente, el primer ministro de Uruguay, Luis Lacalle, señaló que su participación como país no significaba ser complaciente con gobiernos como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En respuesta a Lacalle y Abdo, Maduro les retó a poner «la fecha y el lugar para un debate» sobre la democracia.
«Venezuela está lista para debatir de democracia, de libertades, de resistencia, de revolución y de lo que haya que debatir, de neoliberalismo, de cara a los pueblos, en transmisión en vivo y directo, en privado, como quieran», les espetó.
En este sentido, recordó que el próximo 21 de noviembre se celebrarán elecciones locales y regionales, a las que acudirá la mayoría de la oposición, y les invitó a que acudan esa fecha a Venezuela.
«Vayan para que vean la campaña electoral, las elecciones, cómo el dictador Maduro convoca la elección número 29 (…) Toda la oposición se ha inscrito, bienvenido, que gane el que tiene que ganar», afirmó.
Se enzarzan Cuba y Uruguay
En su intervención, el uruguayo Luis Lacalle que en la mesa de la Celac estaban presentes países donde «no hay democracia plena» y que usan aparatos represores para callar protestas y encarcelar opositores.
«Debemos decir con preocupación que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, Nicaragua y Venezuela», afirmó.
Lacalle destacó, además, que el tener la Celac no significa que esté «en desuso» la Organización de Estados Americanos (OEA) y aseveró que tanto los gobiernos nacionales como organismos internacionales son criticables y «materia de cambio».
Al término de las participaciones de todos los mandatarios y representantes, el cubano Díaz-Canel pidió la palabra para defenderse.
«La mención a Cuba del presidente Lacalle denota su desconocimiento de la realidad. El coraje y la libertad del pueblo cubano se ha demostrado durante seis décadas frente al bloqueo de Estados Unidos, obstáculo fundamental para avanzar más en nuestro desarrollo, lo cual el presidente Lacalle no mencionó», dijo el líder cubano.
«Escuche usted a su pueblo, que recogió más de 700 mil firmas contra la ley que usted impuso y que cambió las condiciones para ajustar precios de combustibles. Un paquetazo neoliberal, con el neoliberalismo se ha multiplicado la inestabilidad, la especulación, la deuda externa», agregó.
Asimismo, se lanzó contra la OEA y aseguró que ha sido un organismo al servicio de Estados Unidos y ha respaldado el aislamiento de Cuba.
Lacalle volvió a tomar la palabra y presumió que en su país, la oposición sí puede juntar firmas porque hay democracia.
«El presidente de Cuba utiliza argumentos de minación, que obviamente no comparto y no son ciertos. Sí hay algo que es cierto, que en mi país, por suerte, la oposición puede juntar firmas, en mi país, por suerte, la oposición tiene resortes democráticos para quejarse. Esa esa la gran diferencia con el régimen cubano», reviró el uruguayo.
En una última y breve intervención, Díaz-Canel afirmó que si su homólogo uruguayo quería seguir discutiendo, sería mejor buscar otro espacio para hacerlo.
Foto: Presidencia de México.
EFE
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