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Cecilia Garcia Arocha: «Hay un intento deliberado por liquidar a las universidades»

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Cecilia Garcia Arocha: «Hay un intento deliberado por liquidar a las universidades»

La rectora tiene gripe y acumula cansancio. La semana ha resultado pesada, otra vez los vándalos hicieron de la suyas en la UCV, ella debió presidir una reunión, en Valencia, de la Asociación Venezolana de Rectores y el paro continúa. Sin embargo se muestra combativa ante el complicado futuro de las universidades, cuya razón de ser y estructura pueden ser borradas de un solo plumazo.

 

-Maduro la acusa de hacer política con el conflicto universitario, ¿no es lo mismo que él está haciendo?

-Yo quiero ratificar que somos académicos y tenemos derecho a asumir la posición que consideremos conveniente. Una de mis premisas como académica es que la universidad sea respetada en el ámbito estudiantil, gremial, académico y presupuestario. En cambio el Ejecutivo sí actúa políticamente en contra de las universidades y eso es lo que mantiene el conflicto. De allí que estemos haciendo un llamado al Presidente y al Ministro (Calzadilla), que tienen en sus manos la solución del problema.

 

-¿Cómo se puede resolver el conflicto?

-Cumpliendo con lo acordado. El 28 de mayo la Asociación Venezolana de Rectores presentó un informe al Consejo Nacional de Universidades. Luego, el 4 de junio, hubo una reunión, para tratar los puntos contenidos en el documento, cosa que nunca ocurrió. Sólo se acordó establecer unas mesas de trabajo (que jamás se instalaron), para revisar el anteproyecto de presupuesto del 2014. .

 

-¿Cuáles eran los puntos planteados?

-El 11 de junio le consignamos al Ministro el informe que ratifica la validez y la obligatoria aplicación de las normas de homologación. Según el Ejecutivo las normas no están vigentes y nosotros, sobre bases legales, sostenemos lo contrario. Ahí se inicia el conflicto porque el Ejecutivo no puede desconocer a la Federación de Asociaciones de Profesores (Fapuv), gremio que agrupa a a más de 40 mil docentes universitarios.

 

-No parece que el ministro quiera reunirse con la Fapuv.

-No se trata de que el Ministro se reúna con la Fapuv, sino de que inicie la discusión sobre el ajuste salarial aplicando las normas de homologación. Si el Ministro accede a la reunión y se discute el ajuste salarial, que debe ser revisado cada dos años, para ponerlo en sintonía con la tasa de inflación, empezaremos a resolver el problema.

 

-¿Quiere decir que el aumento anunciado por el gobierno no se ajusta a las normas de homologación?

-Para nada. Va en tres partes con un 75% al final del 2014. Pero los sindicatos que sí se reúnen con el Ejecutivo han pedido 90%. Mientras tanto, la Fapuv advierte que en 15 años ha habido sólo dos aumentos salariales, uno de 30% y otro de 40%, cuando el aumento, en realidad, debe ser de un 180%.

 

-Maduro ha advertido que «nadie va a otorgar un aumento del 180%.

-El Presidente no se debe alarmar porque eso sea el que nos corresponde. Hay que negociar hasta donde se puede concretar, aplicando las normas de homologación.

 

-Si se hubiera logrado un aumento según las normas de homologación, pero sin participación de la Fapuv, ¿se habría aceptado?

-No, porque no se puede desconocer a la Fapuv. Ese sí es un atropello político. ¿Por qué incumplir las normas de homologación? Ellos no han demostrado que están derogadas.

 

-¿No obedece el desconocimiento al objetivo de acabar con las universidades autónomas, propósito que ahora se hace más cuesta arriba?

-Creo que sí. El Ministro parecía estar de acuerdo en revisar el anteproyecto del 2014, para minimizar la solicitud de créditos adicionales, que cubren las insuficiencias del presupuesto que no nos dieron. Reconocieron así, que el presupuesto es deficitario. Pero cuando llegamos al acuerdo de crear esas mesas, aparecen en las universidades a imponer los lineamientos de la Opsu y nos dan cuatro días para que lo apruebe el Consejo Universitario. Eso es un irrespeto y una falta de palabra. Así seguiremos con un presupuesto reconducido, ahora por ocho años.

 

-La pregunta anterior era: ¿se quiere acabar con la universidad autónoma?

-Si se mantiene una conducta a lo largo de 7 años yo puedo pensar que deliberadamente pretenden, con la asfixia presupuestaria, cercenar a la universidad de calidad. Una universidad que no se dedique solo a tener las providencias estudiantiles satisfechas. Debe desarrollar la extensión, la investigación, la cultura, el deporte. En el caso de la UCV somos patrimonio de la humanidad y también son prioritarias la infraestructura, las obras de arte. Pero si pasamos 7 años con el mismo presupuesto y sin reposición de cargos (partidas para el ingreso de nuevos profesores) estamos ante un atentado y una acción política contra una Universidad, de la cual han egresado más de 300 mil estudiantes, entre ellos muchos funcionarios del gobierno. Entonces, ¿por qué no entender todo lo que está vinculado con un presupuesto justo?

 

-¿No será porque las universidades autónomas, por su propia naturaleza, son subversivas, no sólo a los ojos del gobierno, sino también objetivamente?

-Nosotros acompañamos a la gente que nos acusa de desestabilizadores y subversivos en las marchas durante los gobiernos de Caldera y Carlos Andrés Pérez. Ahí sí reconocían la Fapuv y luchaban por un presupuesto justo. ¿Por qué hoy no?

 

-Porque los gobiernos democráticos no pretendían liquidara las universidades.

-Si pretenden aniquilar a la universidad con la asfixia presupuestaria y la violencia, a la cual nos han sometido durante cinco años. Se toparán con la Universidad histórica: sus estudiantes, profesores, obreros, empleados, autoridades. Eso siempre ha sido así. Lo que no entendemos es por qué ayer las luchas eran importantes y hoy son desestabilizadoras.

 

-¿No han cambiado las razones de la lucha?

-Luchamos por un presupuesto justo, por las normas de homologación, porque se respete a los estudiantes, a quienes se les recibe y luego se les dice que no hay nada que hablar. Eso es una falta de respeto. ¿Por qué los estudiantes de nuestras universidades no pueden tener las mismas becas que otorgan las universidades creadas por el gobierno? ¿Por qué se les aumenta de 400 a 600 bolívares y a otros se les da mil 200? Entonces, ¿quiénes excluyen, atropellan y actúan con una visión política? Ahí está el conflicto.

 

-¿No se luchaba antes, sobre todo, por reivindicaciones socioeconómicas y ahora la lucha es por la misma supervivencia de la universidad autónoma?

-Los tiempos cambian. Algunos temas de la lucha siguen siendo los mismos, pero hoy hay algo que va más allá. La Averu (Asociación Venezolana de Rectores) solicita al Presidente se suspenda ya la discusión sobre la convención colectiva única. No porque estemos contra las reivindicaciones laborales sino porque la convención presenta los mismos aspectos vetados por el presidente Chávez en la Ley de Universidades, quien la devolvió a la Asamblea al considerarla «inaplicable e inconsulta». Ahora pretenden aprobar una convención colectiva para cambiar la estructura de la Universidad.

 

-¿De qué manera?

-Violando la naturaleza y estructura de la Universidad. Violando la forma en que se presentan los concursos de ascenso de los profesores, eliminando decanatos y vicerrectorados, calificándonos de «trabajadores», cuando, por ejemplo, los militares también son trabajadores y se rigen por una normativa distinta.

 

-Quieren que ustedes renieguen de los obreros para acusarlos de clasistas.

-Cosa que no es verdad. Nosotros somos trabajadores pero también profesores y la Constitución establece, además de la autonomía de las universidades, su forma de estructurarse: por profesores, estudiantes y egresados. Entonces no se trata de dividirnos ni de que seamos clasistas. Somos profesores, tenemos una Ley de Universidades que rige nuestro desarrollo académico, hay un escalafón y debemos presentar una concurso.

 

-¿Cambiar para controlar?

-No se puede cambiar la naturaleza de la Universidad con una convención colectiva. El Ministerio del Trabajo carece de competencia para modificar la Ley de Universidades.Tampoco se puede pasar por encima de los actores (las universidades). Todo eso crea conflicto. Entonces hay que suspender las conversaciones, involucrar a las partes y comenzar a discutir una Ley de Universidades en la Asamblea Nacional.

 

Fuente: EU

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