Como una mujer «libre y salvaje en sus decisiones» se define esta cara más que reconocida entre los medios de comunicación venezolanos. «Los buenos somos más» es otra frase que evoca el amor de esta aclamada locutora siente por el tricolor.
Descendiente de emigrantes, pero con Catia como un estandarte, Caterina Valentino dejó aflorar los más íntimo de su vida frente a la periodista Rocío Higuera, y explicó por qué sigue aferrada a la esperanza.
Trabajar por Venezuela
La tristeza de sentir que Venezuela tiene una deuda con ella, luego de que su padre muriera hace menos de dos años como consecuencia de falta de insumos, Valentino no se aparta de la idea de que hay que seguir trabajando por el país.
«Es el momento de ver los hilos que nos unen y no los que nos separan. Cada uno desde una esquina, no vamos a levantar a este país» expresó la periodista ante las cámaras de «En íntimo».
Para Caterina Valentino, trabajar en un país que reconoce su trabajo a pesar de los pensamientos de ideales, es suficiente para permitirle continuar en su tierra y «no apagar la luz».
«La esperanza es mi columna. Yo no se si va a ser, pero hoy me sigo aferrando a la esperanza» aseguró.
Los contrastes de su niñez
Recuerda con gracia y emoción su etapa de colegio. No se recuerda como la niña más tranquila del colegio, pero guarda grandes vivencias junto a sus compañeras y las monjas.
Sus padres son las figuras más importantes que reconoce al voltear la mirada al pasado. Narró como su madre dejó las comodidades económicas, para irse con su padre quien era un hombre de bajos recursos, pero muy trabajador.
«Mi padre era muy pobre y mi madre adinerada, y dejó todo por irse con él. Por eso puedo estar en un lugar comiendo en un plato de cartón y estar al mismo tiempo en un lugar muy glam» explicó.
Recordó que «a los 15 años trabajé con mi padre. Si me preguntas hoy quien es el gran amor de mi vida, es mi papá».
Caterina Valentino vivió su niñez en Catia, de donde guarda grandes recuerdo, pero también momentos no tan gratos que la han hecho la mujer que es hoy: «A Catia le debo lo guerrera que soy, pero también ha dejado cicatrices» dijo.
La tinta de una cicatriz
«Fui una niña abusada», dijo con el temple de una mujer que ha aprendido a ver los aprendizajes que dejan las experiencias negativas.
De esta cicatriz surgió la tinta para escribir un libro que buscaba ayudar a otras personas que vivieron su misma experiencia. Hoy sigue haciendo llamados a los padres a prevenir y a estar cercano a sus hijos.
«Siempre hay que estar muy cerca de los niños, porque son muy vulnerables, yo llegaba a clase de música y quedaba sola con el profesor. Cada vez que yo no cedía me ponía en el cuaderno ella no estudió, hasta que le tuve que explicar que no era que yo no estudiaba, y le dije lo que pasaba en realidad» narró.
Para Caterina el papel de su familia fue de suma importancia. Recuerda que sentía que «todos los que se te acercan quieren violentar tu voluntad».
La familia un objetivo
La vida de Caterina Valentino ha estado rodeada de varias experiencias, y en el ámbito del amor no podía haber una excepción. Amores de universidad y un divorcio, le ayudaron a conocerse y saber que quería de verdad en su vida.
«Me casé con un hombre muy parecido a mi padre en muchos aspectos, pero extremadamente celoso. Pero decidí separarme, irme . Con el tiempo entendí que fue lo mejor que pudo pasar. Luego estuve con un político colombiano que fue cuando entendí que es estar enamorado. Pero la distancia te hace el trayecto complicado, pero son de esas personas que siempre están» Recordó.
«Quiero hacer familia, no sé si casarme. Pero si quiero tener familia, quiero tener hijo, quiero llegar y saber que alguien está esperándome» aseguró.
Los buenos somos más
«Yo no me puedo acostar tranquila cuando veo a la gente pasando necesidad», explicó Valentino, que para eso creó «Los buenos somos más» fundación que busca ayudar a los más necesitados.
«En los buenos somos más además del ‘papa buen provecho’ se le dice ‘hay que trabajar, hay que estudiar'» comentó.
Para Caterina Valentino, lo que más disfruta de esta labor es «conseguirte al venezolano de verdad, el que a pesar de la adversidad te regala una sonrisa» finalizó.
GV