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Muere ministro de Transporte de Argentina en accidente de tránsito: tenía 56 años

Posted on: abril 24th, 2021 by Laura Espinoza No Comments



La noche de este viernes, medios argentinos dieron a conocer la muerte del ministro de Transporte trasandino, Mario Meoni.

 

 

El militante del Frente Renovador tenía 56 años y viajaba a Junín para visitar a su familia cuando perdió el control de su auto y estrelló en localidad de San Andrés de Giles, en Buenos Aires.

 

 

El parte policial estableció que el funcionario se trasladaba bajo la lluvia. Por motivos que se desconocen, Meoni chocó contra un guardarraíl en el kilómetro 112 de la Ruta 7, según Infobae.

 

 

Por su parte, Clarín consignó que el secretario de Estado viajaba solo en su auto oficial, un Ford Mondeo, abordo del cual volcó y perdió la vida antes de ser socorrido.

 

 

Su último acto oficial como miembro del gobierno tuvo lugar esta tarde. En su cuenta de Twitter publicó “hoy acompañamos al presidente @alferdez en la tercera reunión del gabinete federal en Rosario, Santa Fe”.

 

 

En la instancia, junto al gobernador Omar Perotti, firmaron convenios para realizar seis obras en la provincia con una inversión de $918.639.458 (7.035 millones de pesos chilenos).

 

Bio bio CL

 

 

Netanyahu agradece decisión de Trump de sancionar a funcionarios de la Corte Penal Internacional

Posted on: junio 12th, 2020 by Laura Espinoza No Comments


    
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu saludó el jueves la decisión del presidente Donald Trump de autorizar sanciones económicas contra responsables de la Corte Penal Internacional (CPI) a causa de posibles investigaciones a soldados estadounidenses.

 

 

“Esta corte está politizada. Su obsesión es llevar a cabo una caza de brujas contra Israel y Estados Unidos, así como contra otras democracias que respetan los derechos humanos. Pero cierra los ojos ante los peores violadores de derechos humanos en el mundo, entre ellos el régimen terrorista de Irán”, declaró Netanyahu en rueda de prensa.

 

 

“La CPI afirma que los judíos que viven en su patria histórica cometen un crimen de guerra. Es ridículo”, afirmó.

 

 

Trump ordenó este jueves sanciones contra cualquier funcionario de la CPI que procese a militares estadounidenses, en un momento que el tribunal estudia presuntos crímenes de guerra cometidos por tropas en Afganistán.

 

 

En una orden ejecutiva, Trump anunció que Estados Unidos va a bloquear las propiedades o activos de cualquier funcionario del tribunal de La Haya que esté involucrado en la investigación.

 

 

En diciembre, la fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, anunció que quería abrir una investigación sobre presuntos “crímenes de guerra” en los territorios palestinos, lo que enfureció a Israel.

 

AFP

Nicolás, Grinch

Posted on: diciembre 18th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

Sin duda la conjugación del nombre del símbolo de la Navidad “capitalista” sin la palabra Santa, y la antítesis de la alegría como es el personaje verde y misterioso al que no le gusta la felicidad decembrina, cobra un sentido especial para los venezolanos al unir estas dos palabras; “Nicolás Grinch”.

 

 

Este diciembre, que aún no termina, puede traernos sorpresas como ha ocurrido en los últimos años: los famosos Dakazos, jugueterías, supermercados y todo lo que significara bajar los precios, regalar la mercancía y candado a los comercios, pudiera tener una versión nueva antes del 31.

 

 

Nicolás en seis años ha llevado al país a casi una quiebra absoluta, sólo que ya aprendimos, en carne propia, que arruinar una nación no se logra de la noche a la mañana, por el contrario, lleva tiempo y dedicación, y vaya que en Venezuela le han puesto un camión de ganas y trabajo para hacerlo en tiempo récord.

 

 

En el 2013 por citar un ejemplo económico, la inflacion fue de 53%, pero cinco años después es de más de 700 mil por ciento; si a producción de crudo se refiere, tenemos que de dos millones 500 mil pasamos a un millón 200 mil; también tenemos la emigración más alta en 19 años y la cual se acentuó en los últimos seis años. Cifras van y vienen, pero ninguna baja de los cuatro millones de venezolanos que salieron huyendo del país en busca de un mejor porvenir.

 

 

Las universidades casi desiertas aguantando la pela, alumnos y docentes dejando aulas desiertas, los hospitales sin insumos, las estadísticas de enfermedades ya erradicadas en siglos pasados vuelven a la palestra, los militares cada vez más subordinados.

 

 

La calle apagada, pero como dicen por allí “la república va por dentro”, ya ni los bolívares alcanzan pese que le quitaron ocho ceros, y lo más asombroso: los dólares tampoco alcanzan para vivir, algo inimaginable. Un pan de jamón que cuesta 12 dólares en Miami, en Venezuela está 7 dólares “por ahora”, de tamaño pequeño y sin mucho jamón; si de las hallacas se trata, el precio también es internacional.

 

 

Este es más o menos el resumen del Nicolás que está en Venezuela y que ahora de manera inconstitucional espera proclamarse como Presidente por seis años más, pregonando el socialism.

 

 

El 10 de enero de 2019 posiblemente veremos una coronación, una juramentación con la presencia de los concejales, gobernadores, gabinete, milicia, misioneros e invitados especiales turcos, cubanos, iraníes, chinos y rusos así como también sus entrañables y chulos “amigos” Evo, los beneficiados de las isla caribeñas y el infaltable Daniel Ortega.

 

 

Leía en estos días una entrevista que le hizo el diario El País de España a Slavoj Zizek, filósofo esloveno muy controversial; donde decía que él no defiende el viejo comunismo, sino un nuevo comunismo globalista, hablaba de los nuevos retos como son la ecología y renovar el estado de bienestar, entre otros puntos. Lo paradójico es que en Venezuela no están con el pasado, ni con el futuro.

 

 

Zizek advirtió durante años que Hugo Chávez acabaría mal, porque “no veía lo nuevo”, sólo era “un Fidel con dinero, no resolvía los problemas, echaba dinero a los problemas”. Quizás valdría la pena preguntarle qué opinión le merece del sucesor de Hugo.

 

 

Al final el Grinch terminó entendiendo y queriendo la Navidad, no se si Nicolás lo llegará ahacer algún dia.

 

 

Edward Rodrígurez

 

@edwardr74

Gallup: Venezuela perdería 42% de su juventud por la migración

Posted on: diciembre 12th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

Gallup también proyecta que Venezuela perdería a 36% de sus profesionales si estos decidieran irse del país.

 

 

Una encuesta de la firma Gallup reveló que el país perdería 42% de su población de entre 15 y 29 años si estos decidieran irse a vivir en otra nación, según el Índice de Migración Potencial elaborado por la empresa.

 

 

 

El estudio, en el que participaron mil jóvenes, y se realizó entre el 26 de agosto y el 15 de noviembre, tiene un margen de error de 4%.

 

 

 

El último año, los venezolanos han salido en masa por sus fronteras, incluso caminando o emprendiendo viajes de 15 días en autobús, intentando escapar de la crisis económica y humanitaria que golpea la nación suramericana.

 

 

 

Neliana Carrasco es una periodista de 29 años, que aún sigue en Venezuela, pero evalúa irse pronto a España o Argentina, donde tiene familiares que pueden darle alojamiento mientras logra establecerse.

 

 

 

 

 

“La inseguridad, la falta de un empleo estable y los bajos salarios. Todo eso hace que la gente se quiera ir. Sobre todo yo que debo ayudar a mi papá y mi mamá que son personas mayores y ya no trabajan. Yo no les puedo dar la calidad de vida que ellos se merecen. Un kilo de pollo me cuesta más de lo que gano en una quincena”, dijo Carrasco a la Voz de América.

 

 

 

Francisco Bravo tramitó el mes pasado la visa de responsabilidad democrática en el consulado de Chile en Caracas, que permite a los venezolanos vivir legalmente en ese país durante un mes. Bravo trabaja en un laboratorio farmacéutico, pero ya no encuentra motivos para permanecer en Venezuela.

 

 

 

“El país se encuentra estancado políticamente. No se le ve una salida política, ni democrática a la situación ni a la crisis económica. La inflación nos está acabando”, expresó Bravo.

 

 

 

Según cifras de la ONU, 2,3 millones de personas han salido del país en los últimos 5 años, pero este número queda pequeño frente a los más de 4 millones 600 mil calculados por la firma venezolana Consultores 21.

 

 

 

El gobierno, por su parte lleva adelante el plan “Vuelta a la Patria”, que ha apoyado el retorno de 10.672 ciudadanos que consideran que sus expectativas en el país que los recibió no se cumplieron.

 

 

 

Según un informe de la Cancillería, entre las razones que exponen para volver están la xenofobia y la explotación laboral.

 

 

 

Gallup también proyecta que Venezuela perdería a 36% de sus profesionales si estos decidieran irse del país.

 

 

 

Con informacion de Voz de América

Adriana Nuñez Rabascall

 Ecuatorianos votan en polémico referéndum sobre reelección indefinida

Posted on: febrero 4th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

Ecuatorianos votan en polémico referéndum sobre reelección indefinida

El expresidente ecuatoriano Rafael Correa canta a sus partidarios durante una convención de su partido en Ciudad Esmeraldas. Foto de archivo. REUTERS/Daniel Tapia

 

 

Los ecuatorianos votaban el domingo en un polémico referéndum que busca acabar con la reelección presidencial indefinida, una iniciativa que de prosperar bloqueará la posibilidad de que el expresidente socialista Rafael Correa regrese al poder.

 

 

 

El mandatario Lenín Moreno convocó con su potestad ejecutiva a la votación, que si resulta afirmativa implica un cambio en la Constitución del 2008. Sus rivales ven la jugada como un intento de desmantelar el legado de Correa, de quien fue vicepresidente y con quien rompió poco después de haber asumido el año pasado.

 

 

 

“La corrupción campea cuando hay un solo gobernante que cree que se quedará toda la vida”, dijo Moreno en esta semana durante un mitin en un barrio popular al sur de Quito.

 

 

 

La mayoría de los ecuatorianos coincide con él, según las encuestas, que muestran que el “Sí” triunfaría en las siete preguntas el domingo, una jornada en la que pueden votar más de 13 millones de ecuatorianos desde las 7.00 hora local (12.00 GMT) hasta las 5.00 de la tarde.

 

 

 

“Votaré el ‘Sí’ para que haya un cambio porque antes se hacía lo que Correa decía y ahora se está consultando al pueblo”, dijo Andrea Morales, una abogada de 27 años.

 

 

 

Correa ha llamado a su sucesor “traidor” acusándolo de querer revertir los cambios políticos y económicos de la última década y tendió puentes con dirigentes, empresarios y medios de comunicación con quienes mantuvo disputas como gobernante.

 

 

 

El expresidente aún cuenta con un fuerte apoyo popular -en gran parte por el fuerte gasto social durante su gobierno- y regresó de Bélgica, donde vive con su familia, para liderar la campaña contra el referéndum y convertirse en la cara visible de la nueva oposición al Gobierno.

 

 

 

“Con Moreno no hay cambios y es un malagradecido y traidor porque no quiere reconocer lo que hizo Correa, por eso votaré ‘No’”, dijo José Delgado, un guardia de seguridad de 58 años.

 

 

 

De ganar el referéndum con comodidad, Moreno podrá cambiar a funcionarios vinculados al gobierno de Correa y, según analistas, allanaría el camino para aplicar medidas en busca de apuntalar la decaída economía del país petrolero.

 

 

 

Además de eliminar la reelección indefinida, Moreno propone renovar a un ente nominador de autoridades de control, sanciones a funcionarios envueltos en actos de corrupción, evitar que los abusos a menores prescriban, limitar la minería metálica y el área de explotación petrolera en zonas protegidas, entre otras.

 

 

Reuters

Esquiando en Miraflores; por Alberto Barrera Tyszka

Posted on: febrero 26th, 2017 by Maria Andrea No Comments

Lo más sorprendente y revelador del caso de Adrián Solano es su actitud. El problema no es que no sepa esquiar sino que le parezca natural presentarse en un campeonato mundial de esquí sin saber esquiar. Lo extraordinario es que le parezca normal viajar a Finlandia, tratar de esquiar sobre una pista de 10 kilómetros, sin haber tenido la más mínima preparación para hacerlo. Esto fue lo que escribió Adrián Solano en su cuenta de Instagram: “aunque no conocía la nieve y no tuve la oportunidad de entrenar, aquí estoy dando lo mejor”. Es una expresión perfecta de la certeza nacional que se empeña en afirmar que la improvisación es un método.

 

 

No es una novedad que las autoridades francesas se comporten como se comportan la mayoría de los funcionarios de migración en el planeta. Donald Trump no es una invención propia. Es un síntoma de un tiempo lleno de mudanzas, miedos y resentimientos. Tampoco es una novedad que hayan actuado con racismo y sarcasmo, que hayan sospechado de alguien porque les parece un pobre proveniente de latinoamérica.  Más  desconcertante es la respuesta de la Canciller venezolana. Desde la épica del twitter, Delcy Rodríguez escribió que –siguiendo instrucción del Presidente Maduro– presentaría una “fuerte protesta” por “afrenta” contra el “deportista”. ¿A cuántos venezolanos les ocurre diariamente lo mismo en cualquier aeropuerto del mundo?  ¿Por qué a Rodríguez le parece tan especial y diferente este caso?

 

 

En un segundo mensaje, además, siempre desde la trinchera de las redes sociales, la Canciller añadió: “Es absolutamente inadmisible las ofensas contra el gentilicio venezolano, producto de las campañas de desprestigio de la oposición violenta” (SIC).  La conclusión es: Rodríguez protesta contra el embajador de Francia pero, en rigor, según ella misma sostiene, debería protestar contra la MUD, porque la culpa de la detención del esquiador que no sabe esquiar la tiene la oposición.  Es tan absurdo que incluso cuesta ordenarlo en unas frases. La lógica del oficialismo impide pensar.

 

 

Quizás, lo que realmente ocurre es que Solano nos recuerda a todos lo que está pasando en el país. Solano nos desnuda en medio del frío. Nos expone ante las cámaras del mundo. No hay mayores diferencias entre lo que hace Adrián Solano y lo que hace el Presidente de la República. Con cualquiera de las acciones o declaraciones de Nicolás Maduro, en los últimos 3 años, se puede armar también un video tan divertido como patético, tan insólito como trágico. Basta recordar lo que ha dicho y hecho con los poderes especiales que se le dieron para enfrentar y derrotar la supuesta guerra económica. El único sentido de eficacia que conoce Maduro es la creación de Estado Mayores. Antes cualquier crisis, su respuesta es la misma: constituye una nueva instancia, casi siempre militar, para que ella se haga cargo de la crisis.  No ha podido solucionar nada. Ni siquiera le ha salido bien el estridente cambio de billetes. Ha ido delegando todo y, finalmente, al menos ante el público, ha quedado reducido a la representación. Maduro no ejerce el poder, solo lo representa. Sale al escenario cuando le toca y repite lo que dice el libreto. Está ahí para ocultar algo. Por eso promociona el liqui liqui y obvia la inflación o la escasez. Por eso el presupuesto del 2017 –aprobado de espaldas al país- asigna más dinero a la propaganda que a los servicios de agua y de luz. Por eso habla de salsa y no menciona que los quirófanos del Hospital oncológico Luis Razetti llevan un mes cerrados.

 

 

Pero incluso, a la hora del espectáculo, Maduro también patina, resbala, se tropieza, hace el ridículo. Esta semana, tratando de burlarse de Julio Borges, terminó burlándose del dolor de la población, de la tragedia de un grupo de venezolanos que murieron por comer yuca amarga.  Intenta un chiste y no le sale una morisqueta sino una vulgaridad, una ofensa indignante.  También tiene serios problemas de coherencia argumental.  Lo ocurrido esta semana con Rajoy puede ser un buen ejemplo. Durante estos 3 años, Maduro no ha hecho otra cosa que insultar al primer mandatario español. Entre otras nimiedades, le ha dicho “basura”, “corrupto”, “racista”, “colonialista”, “sicario”, “vende patrias”… El pasado 17 de febrero se refirió a él como “bandido” y “protector de delincuentes y asesinos”.  Sin embargo, hace 3 días, con naturalidad, simpatía y completa seriedad, mandó un saludo y dijo “espero estar pronto en España con mi amigo Mariano Rajoy”. ¿En cuál Nicolás Maduro hay que creer? ¿Cuál de todas sus representaciones hay que tomarse en serio?

 

 

Lo más sorprendente y revelador del caso de Adrián Solano es su parecido con el caso de Nicolás Maduro. Haz la prueba. Métete en youtube, pon el video de la pista de esquí de Finlandia. Coloca la cara de Nicolás sobre el cuerpo de Solano. Míralo bien, ahí, con su uniforme anaranjado, trastabillando sobre la nieve. Ni esquía, ni camina, no avanza. Es un peligro para los demás. Pero sonríe. Orgulloso. También puedes hacer el ejercicio al revés. Toma cualquier video de Nicolás y coloca la cabeza Solano sobre el liqui liqui de turno. También funciona. Ahí está Solano, sonriendo junto a Cilia. Ahí está Maduro vuelto un ocho con sus chapaletas de madera. Los dos se confunden, son iguales. Ambos miran a cámara. Nos miran. Sonríen, como diciéndonos “No sé nada de esto pero le estoy poniendo corazón. Estoy cagándola pero estoy feliz. Estoy dando lo mejor”. Es el mismo chapoteo sobre el precipicio. Solano solo es un espejo.  Nicolás Maduro está esquiando en  Miraflores.

 

 

 

Alberto Barrera Tyszka

¡Tú también, hijo mío!

Posted on: febrero 26th, 2017 by Maria Andrea No Comments

El país pide se le abran caminos, luces de esperanza en medio de la oscuridad que le aprisiona y hace temblar las piernas de la república. Lo pide a gritos la gente, en medio de lágrimas todavía pacíficas, las de la impotencia, las de la tristeza, y que amenazan ser las de la rabia colectiva.

 

 

No se trata sólo del hambre que nos lleva a hurgar comida en medio de la inmundicia o de las medicinas que se mendigan a través de las redes. Se trata de algo más vertebral. Es el asesinato moral que se ejecuta a manos de la dictadura y algunos pocos opositores – que los hubo también en las dictaduras de Pérez Jiménez y en la de Pinochet como me consta – funcionales a la misma. Busca inhibir los reflejos nacionales, esos que todo ser humano despierta ante el peligro extremo cuando le acecha y para salvar su vida y la de los suyos.

 

 

Quienes lo procuran no tienen más propósito que la rendición de los ánimos de nuestra sociedad hecha de hilachas, para luego hacerse, en su obra de destrucción, de los mendrugos restantes de una patria que ha dejado ser tal; que expulsa a los hijos buenos – diría Andrés Eloy – o los lleva a sus ergástulas; que perdió su tensión hacia el pasado y se empeña en negar el porvenir, predicando “la muerte de Dios”. Y no olvido que fue Zaratustra la biblia que lée el causante en su agonía habanera, antes de transferir los venenos de su aprendizaje a sus muchos causahabientes; pues no es sólo Nicolás Maduro el culpable de que hayan cedido entre nosotros hasta las leyes universales de la decencia.

 

 

Este diagnóstico, así de crudo y ajeno a los circunloquios, no es pesimista. Tampoco inútil desahogo. Expresa, sí, el coraje y la indignación de quienes desde nuestros teclados denunciamos situaciones, posturas, actitudes dentro de la vida política nacional, que emergen como mala raíz para contaminar a la yerba buena y ante las que cabe alertar. “Recojan primero la mala hierba, y átenla en manojos para quemarla; después recojan el trigo y guárdenlo en mi granero”, rezan las Sagradas Escrituras.

 

 

Que a las cabezas de los poderes públicos – el Ejecutivo y el Judicial – y a sus entornos les aparezcan expedientes criminales que dicen – según la prensa nacional independiente que agoniza y la extranjera, con apoyo en investigaciones sustanciadas durante años – sobre sus vínculos presuntos con el narcotráfico, el terrorismo y el asesinato, es algo muy grave y desdoroso. Es motivo suficiente para la vergüenza de quienes somos los gobernados.

 

 

Lo peor, no obstante, es que los que han de salir en defensa de esa vergüenza pisoteada y escupida, prestos y diligentes ahora impiden que se censure parlamentariamente a los responsables o afirman que esas nimiedades no deben distraernos del camino pactado y dialogado, o acaso en lucha, para llegar hasta unas elecciones. Ello representa un acto de traición y lesa majestad. Revela, en quienes así se conducen, ausencia total de fibras éticas; cosa distinta del sentido práctico de la política o de las argumentaciones de quienes, indigestos con la obra cumbre de Nicolás Maquiavelo, El Principe, reducen la ciudad a una mera lucha existencial del poder.

 

 

Nadie duda de la importancia de bregar por las elecciones, bajo una dictadura que las niega. Luis Almagro, Secretario General de la OEA y en buena hora “esclavo de los principios”, se las reclama a Nicolás Maduro, sin más. Sabe que son un sagrado derecho del pueblo, innegociable, a contrapelo de quienes, también de manos de la propia dictadura y traídos a nuestro suelo por algunos opositores funcionales a ésta – ellos saben que lo son y el país sabe a quienes me refiero, pero no merecen mención para los anales – se empeñan en transarlas, con ucase vaticano. Se escudan en la idea de evitar que la sangre inocente llegue hasta el río, omitiendo que en 2016 quedaron a la vera 28.479 votantes asesinados y otros muertos por inanición, cuyas sangres ya anegan nuestra total geografía.

 

 

Pero volvamos a lo que importa, pues quienes llegan como  emisarios de la UNASUR y del ex presidente colombiano marcado por sus vínculos con el narcotráfico, no lo hacen por obra propia sino de quienes los apañan y abogan por dos impresentables: el vicepresidente de la república y el neo-presidente del Tribunal Supremo.  Y me viene a la mente, de modo inevitable, la expresión de Julio César ante Brutus, su protegido y asesino: ¡Tú también, hijo mío!

 

 

Las elecciones, en una democracia, no se olvide ello, para que sean democráticas no basta con que se realicen y sean libres y justas, como reza la Carta Democrática Interamericana. Han de ser elecciones informadas. Todo votante ha de saber a favor y en contra de qué o de quién vota. Y una cosa es votar o no a favor de un gobierno incompetente, y otra elegir, “democráticamente”, a narcotraficantes, terroristas, asesinos y sus cómplices, quienes nos hacen pasar hambre y miserias como parte de sus “narcisismos malignos”.

 

 

Asdrúbal Aguiar

correoaustral@gmail.com

 

Mis recuerdos del Alcalde Antonio Ledezma

Posted on: febrero 26th, 2017 by Maria Andrea No Comments
El 2015 fue el año que inició el desplome de “la conexión emocional” que alguna vez pudo existir entre el chavismo y las mayorías populares venezolanas y creo que el secuestro del Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, en la tarde el 19 de febrero, por una acción brutal y sin precedentes de cuerpos policiales y paramilitares de Maduro, fue como “la llamada” para que el país retornara a pálpitos, sensaciones e ideas que se habían perdido desde que Chávez asaltó el poder en febrero de 1999.
Inexcusables son algunas precisiones: no era que en los 17 años que el castrochavismo se tomó para hincar sus garras en la piel de Venezuela, no se tramara una gesta democrática que avanzó heroicamente entre adversidades sin número y nombre, y se anotara victorias como la derrota de Chávez en el plebiscito para la Reforma Constitucional del 6 de diciembre del 2007, o el regreso a los gobiernos regionales y la Asamblea Nacional en el 2008 y 2010, sino que ahora los triunfos tendrían sabor pueblo y se sacudían de la maldición de que nuestra democracia siempre sería un sueño de la clase media y la sociedad civil.
Es decir que, ahora cambiaba el paisaje político, el urbano y el rural, el de los cerros y las urbanizaciones y lo que se descubría eran fantasmas como uno que despistó a tantos psicólogos sociales, politólogos, historiadores, políticos y comunicadores que gastaron década y media proclamando que con Chávez había aterrizado en Venezuela un líder carismático sin par, un profeta armado que condenaba al país  a décadas de despotismo y dictadura.
Y en efecto, se había aterrizado  “un líder carismático”, pero forrado de petrodólares, de cuantiosos petrodólares y dispuesto a comprar a todo el que dudara de su hálito e instalar una mentira monstruosa que le ha costado a Venezuela miles de muertos en términos del hambre,  falta de medicinas e inseguridad.
Un producto del auge electrónico de los medios de comunicación de masas (MIT) que, como  nunca en la historia, ampliaron una tendencia que ya se había asomado en la Alemania hitleriana, y se dieron a crear en los medios impresos y radioeleléctricos -y ahora en la redes-, “realidades alternativas” (la frase o teoría es de Kellyanne Conway, asesora de Donald Trump) de donde surgen clases, razas,  economías y países que no son las que pasan frente a nuestros ojos, sino las que “suceden” en “los medios”.
De todos y cada uno de estos temas me tocó hablar, discutir, ampliar y profundizar con el Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, en su casa-cárcel de una urbanización del Este de Caracas, durante el segundo semestre  del 2015, cuando trabajamos para reunir la información con la que  escribí mi libro: El Secuestro del Alcalde (Editorial CEC, S.A El Nacional Nov. 2015).
No fue un trabajo fácil, porque, a pesar de que el libro se escribió sobre sucesos que “aun pasaban”, o “no terminaban de pasar” -como en un film que nos está soltando imágenes, ideas y personajes sobre los cuales tenemos que realizar un segundo-, hubo que llevar a cabo un enorme trabajo de selección para prefijar  los elementos que nos permitieran estructurar nuestra propia narrativa.
Un trabajo engorroso, pero gratificante, enormemente gratificante, pues me permitió conocer, ver de frente, literalmente, “descubrir”, a una de las figuras clave y fundamentales de la historia y la política venezolana de los últimos 37 años.
Y no es que, no hubiera conversado, discutido y compartido antes con Ledezma, durante los años en que, como periodista, seguí la política desde distintos medios, sino que, nunca nos habíamos encontrado en unas circunstancias tan especialmente dramáticas para el país y para él, personalmente, que era objeto de la  persecución, acoso y prisión de una dictadura.
Es un decir que, los hombres se conocen especialmente en las adversidades y, si es verdad, la de la prisión (esto sí lo escribió don Miguel de Cervantes) es de las más crueles, perversas y terribles que se pueden sobrellevar.
Ledezma, en efecto, venía de su brutal secuestro, de los meses que pasó en la cárcel militar de Ramo Verde, de una grave enfermedad que le sobrevino y fue la causa de que un juez le dictara la medida de “casa por cárcel” y una mañana o tarde de cualquier día o semana del último semestre del 2015, en su casa -cárcel estaba frente a mí, discurriendo, revisitando, discutiendo temas de política o historia que se abrían como páginas a nuestros pensamientos.
Es un hombre sencillo, sereno,  reposado y con un equilibrio interior que no le permite mirar con odio ni hacia atrás ni hacia delante. Del 19 de febrero, como de los días que estuvo en el Sebín, por los tribunales y finalmente en Ramo Verde, no deriva rabias ni rencores, sino lecciones para explicarse el enigma de esta Venezuela con la que jamás pensó encontrarse, pero que una vez aquí, no toca sino enfrentar y descifrar para continuar luchando por ella.
Sin que me lo sugiera, ni se lo haya oído nadie, pienso: es el hombre de la transición, el político que podría tender puentes hacia todas las aguas, y despertar esa fuerza dormida que tenemos todos los venezolanos hacia la reconciliación, hacia el  reencuentro  en el enorme esfuerzo de la reconstrucción.
Casualmente, Ledezma, es el único de los actuales líderes de la oposición democrática que viene de la gestión pública de las dos repúblicas, de las dos Venezuela, de los dos países, en la primera como parlamentario, gobernador y alcalde, y en la segunda, como Alcalde Metropolitano de Caracas.
Por eso, hablar con él, es hablar de la gente, del pueblo, de los barrios, de las urbanizaciones, de las calles, pero no en el plano político, o electoral sino de la interacción entre quienes se unen para gobernar “de conjunto”, en una experiencia que difícilmente se pierde u olvida.
“El liderazgo transformador” se me viene de repente a la memoria, del que habló recientemente en un artículo, el imprescindible, Gustavo Coronel, citando a James McGregor Burns, quien decía que “un líder debe actuar en todo momento en un plano de valores de mayor nivel que sus seguidores, a fin de elevar la calidad de la conciencia colectiva. Un líder que trate de liderar en base a consensos, arreglos y negociaciones, tratando de lograr beneficios personales a costa de sus seguidores, ese no es un verdadero líder”.
Sin embargo, hablar con Ledezma sin aterrizar en la historia contemporánea de Venezuela, sobre todo la que conoce mejor, la de los 40 años de democracia, es perderse la mejor parte del viaje, y no establecer de dónde viene la democracia, cuáles fueron sus líderes fundamentales, por qué Betancourt fue el primus inter pares y cómo sin su olfato, agudeza y calidad de estadista, Venezuela “habría perdido también la segunda mitad del siglo XX”.
Tiene en su memoria por lo menos las tres ediciones conocidas de “Venezuela, Política y Petróleo” y de ellas deriva una lección fundamental: “Sin unidad, como la entendió Betancourt, a mediados de los cincuenta, es imposible el rescate de la democracia en Venezuela, claro, formulada sobre bases más amplias, no solo políticas, partidistas y electorales, sino sociales, culturales y militares. Si no nos planteamos el problema de la unidad como uno de los pilares básicos a construir, difícilmente evitaremos el abismo hacia donde nos conduce el castromadurismo”.
Mientras hablamos el teléfono no deja de sonar y Ledezma de atender, son llamadas de los más recónditos rincones de Venezuela y del mundo, como que en todo el país, y en todos los continentes, hay alcaldes y de todas partes llaman al único Alcalde electo por el pueblo preso, sin acusación conocida porque  se le niega el debido proceso y defender a sus electores es defender a todos los electores del planeta.
 “Es un trabajo” dice “en el cual ha sido fundamental la pasión de mi esposa Mitzy, y la de Lilian Tintori, la esposa del excaldalde, Leopoldo López, ellas dos, unidas por su amor a Venezuela y su democracia, a sus esposos presos y el de todos los presos políticos, han realizado un peregrinaje incansable, una cruzada que ha puesto la causa de los presos políticos y de la democracia venezolana en el mapa mundial”.
Mitzy ha estado presente en todas nuestras conversaciones, y por más que se halle en Washington, Roma, Bruselas, Berlín, Barcelona o Santiago de Chile, ella es una estrella polar en la carrera política de Ledezma y cada día luce con más brillo, con un fuego intenso y cautivador.
Concerla, igualmente, hace sentir esa pasión femenina venezolana  que se manifiesta, tanto en la acción como en las palabras, expresión de una formación política y moral que ha compartido con Ledezma desde que se conocieron un día de mediados de los 80.
 
De repente cruzan por el camino de la conversación sus hijas Antonietta, Oriette y Mitzita, tres muchachas políticas venezolanas del rayo que no cesa de la lucha por la libertad.
Es tarde, quizá las ocho y hay que irse temprano para escapar a la vigilancia que no abandona al Alcalde.
Hay luna también y me digo: “Hay que escribir Malaver, y pensar y agradecerle a Dios por el regalo de conocer y conversar con un líder y una familia que me convencen otra vez de que Venezuela no está perdida”.
 Manuel Malaver

 

Señores Generales

Posted on: febrero 19th, 2017 by Maria Andrea No Comments

Vuelvo la mirada atrás. Me asalta la imagen de mis encuentros, que son varios, con los golpistas detenidos del 4F. Suman centenares, entre oficiales subalternos y suboficiales. La víctima, Carlos Andrés Pérez, quien me ha pedido esa gestión siendo yo juez de la Corte Interamericana, en un gesto de magnanimidad que a todos confunde, decide perdonarlos y enfrentar el fondo de la crisis, sin distraerse en los traspiés. Pero lo tumban y la tarea queda en manos de sus sucesores, antes de que el cabecilla de la felonía llegue al poder, Hugo Chávez.

 

 

Situados ante mí, en postura desgarbada, desafiantes de toda disciplina, sobrados, los golpistas desgranan sus excusas. Y me equivoco al presumir antes que los empuja a la aventura el anuncio del mismo Pérez, de su eventual arreglo con Colombia sobre las aguas del golfo. No visualizo, allí, lo que el propio Presidente me dice e intuye: ¡Están penetrados por Bandera Roja y extremistas de la izquierda!

 

 

La memoria aún me es fiel.

 

 

Uno de los muchachos se me queja de no poder visitar a su familia los fines de semana libres, pues le obligan a repartir vasos de leche por órdenes de políticos “corruptos”; a lo que agrega otro que la cuestión es el abuso de sus superiores, quienes los usan de cachifos o choferes y hasta han de calarse los gritos de sus mujeres. “En la academia nuestros anaqueles no requieren de candados, pues ningún cadete roba a su compañero”, ajusta un tercero al comentar que el Alto Mando les da un ejemplo contrario. “Son unos corruptos nuestros generales”, espetan a coro.

 

 

La cuestión no queda allí. Hablamos de temas geopolíticos, sobre las relaciones nuestras con el Palacio de Nariño. Les cuento sobre el largo proceso de nuestros desencuentros fronterizos y quedan pasmados, pues creen que revelo cuestiones tan secretas que ellos mismos no conocen y ningún superior les detalla; siendo que apenas hago crónica coloquial de lo que informa la prensa cotidiana.

 

 

Uno de los alzados – no retengo su cara, pero revivo sus ademanes violentos y la acusación gruesa que vierte – grita: ¡Han prostituido al Palacio de Miraflores con sus amantes y humillado a los edecanes!

 

 

Me despido sin dejarme atrapar por el ambiente febril. Trato de hacer gala de mi experiencia, recordando los primeros días de cada año lectivo en la universidad, cuando la primera tarea que se nos impone a los profesores es domar a quienes inician el curso y como perros marcan sus territorios. El trato, al término, es cordial. Hasta me detengo alguna vez para almorzar con ellos, en sus mismas viandas.

 

 

Han pasado casi 25 años desde entonces. Y esa vuelta hacia atrás para calibrar el presente me causa asco, como a todo venezolano a quien le duela la patria. Una mayoría de los golpistas – otros en buena hora abandonan el barco de la ignominia – ha secuestrado el cuerpo del Estado y lo horada hoy como el cáncer, cuando hace metástasis. Mucha agua ha corrido desde aquel día en que los enfrento en las dependencias de Fuerte Tiuna o la Escuela de Geografía, y queda una lección de historia que los venezolanos hemos de aprender: Los sueños que nacen de arrebatos, con tontos útiles de ocasión, terminan en tragedias y pesadillas.

 

 

Superadas las complicidades de los gobiernos que se beneficiaron de la riqueza venezolana mal habida y desnuda la vulgaridad de su dispendio, encontrándose nuestra nación tan empobrecida como Haití, escandalizan ahora quienes se dicen escandalizados por los juicios de narcotráfico a miembros de la familia presidencial Maduro-Flores o por la condición de capo criminal del segundo hombre al mando del país, declarada, recién, por la Secretaría del Tesoro norteamericana.

 

 

Nada se dijo cuando Chávez, en 1999, firma un modus vivendi con la narco-guerrilla colombiana o, en 2010, cuando provoca una crisis diplomática con el gobierno de Uribe, que le acusa ante la OEA de proteger al terrorismo. Hubo silencio cuando Obama, en 2015, declara a Venezuela “amenaza para la seguridad nacional” y ordena sanciones contra generales y altos cargos civiles, antes de que el Departamento de Estado le proponga un diálogo a Nicolás Maduro, facilitado por Thomas Shannon.

 

 

Las preguntas pendejas se me atragantan: ¿Qué pasó con los jóvenes que empuñaron sus armas para desafiar al deshonor y las corruptelas, para reclamar el trato de peones que les daban los políticos de la democracia, y esta vez, envejecidos, barrigones, ponen rodilla en tierra para defender al narco-régimen terrorista que nos queda como herencia vil? ¿No reparará el general Padrino, más allá de sus debilidades afectivas por el entorno palaciego o  las confusiones ideológicas acerca del imperialismo, que se trata de un grave dilema moral que daña a Venezuela, a sus ciudadanos de uniforme, y que mata de mengua a toda la población?

 

 

Asdrúbal Aguiar

correoaustral@gmail.com      

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