La defensa del empresario colombo-venezolano Alex Saab, señalado de ser el testaferro de Nicolás Maduro, tendrá que esperar un mes más para conocer la respuesta de la Fiscalía de Estados Unidos a su apelación.
El equipo legal de Saab busca que se desestime el caso en su contra por lavado de dinero, alegando que tiene inmunidad diplomática por ser un “enviado especial” de Venezuela a Irán.
Sin embargo, la Corte de Apelaciones del Undécimo Circuito, con sede en Atlanta, aceptó este martes la solicitud de los fiscales de ampliar el plazo para revisar el “extenso” caso y presentar sus argumentos. En lugar del 14 de agosto, la nueva fecha límite es el 13 de septiembre.
Los fiscales argumentaron que necesitaban más tiempo para investigar y responder a los reclamos planteados por Saab, y aseguraron que no tenían intención de dilatar el proceso.
Saab, de 51 años, se encuentra detenido en Miami desde octubre de 2021, cuando fue extraditado desde Cabo Verde, donde había sido arrestado en junio de 2020 durante una escala en su viaje a Irán. Está acusado de un cargo de lavado de dinero que podría acarrearle una condena de hasta 20 años de prisión si es hallado culpable.
La inmunidad diplomática, en entredicho
La defensa de Saab presentó la apelación en diciembre pasado, después de que un juez de Miami fallara en su contra sobre la supuesta inmunidad diplomática que invoca. El juez Robert M. Scola consideró que “es claro que Estados Unidos no reconoce al régimen de Maduro” y por tanto tampoco reconoce “ningún reclamo suyo de inmunidad diplomática”.
Además, el juez Scola indicó que la “evidencia sugiere que el régimen de Maduro y sus cómplices han fabricado documentos para encubrir a Saab Morán con un traje diplomático que no le queda“. Y añadió que todo era “un esfuerzo por explotar la ley de inmunidades diplomáticas y evitar su extradición a los Estados Unidos”.
Según la acusación, entre 2011 y por lo menos 2015, Saab y su socio Álvaro Pulido, conspiraron con otros para lavar las ganancias de una red de corrupción sustentada en sobornos dirigidos a obtener contratos para realizar proyectos públicos y fraudes al sistema de control de cambio de divisas en Venezuela.
Saab y Pulido están acusados de transferir desde Venezuela, a través de Estados Unidos, aproximadamente 350 millones de dólares (USD) a cuentas que poseían o controlaban en otros países, según la Fiscalía.
El empresario se declaró “no culpable” en noviembre de 2021 del cargo de lavado que se le imputa en Estados Unidos.
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