Estimados Cancilleres
Me dirijo a ustedes como madre, como venezolana, como suramericana y desde la auténtica intención que tienen cada uno de ustedes de propiciar un ambiente de diálogo, paz y entendimiento en el marco de la crisis que hoy vive Venezuela.
Lo hago como madre de Marco Aurelio Coello, un joven venezolano de 18 años, estudiante de bachillerato, deportista, amigo, hijo, que desde hace 43 días está en una celda, acusado de un delito que no cometió, junto a otros 5 jóvenes que fueron detenidos el 12 de Febrero cuando estaban protestando pacíficamente.
Leo el slogan de la organización: una región llena de recursos y les pregunto ¿No son nuestros jóvenes el principal recurso de esta región? Hoy en Venezuela, los jóvenes protestan, como todos los jóvenes protestaron en todos los tiempos y en todos los lugares, sin que eso haya sido señalado como delito alguno.
Señores cancilleres, sabemos que ustedes están acá para contribuir de forma sincera en la promoción del diálogo entre los venezolanos. Un diálogo que contribuya a la paz y al entendimiento. Pero la paz no es solo ausencia de violencia, sino presencia de justicia, igualdad y libertad.
No puedo hablar de mi hijo Marco Aurelio, sin hablar de todos los estudiantes detenidos. La paz es un terreno difícil de arar. Se siembra con diálogo y también con acciones. Liberar a los estudiantes detenidos, podría ser un símbolo de paz. Un primer gesto, para comenzar a recorrer una senda diferente a la que hoy andamos los venezolanos.
Mi esperanza y la de muchas madres está puesta en ustedes y solo le pido a Dios que los ilumine en esta importante tarea.
Atentamente,
Doris Morillo de Coello
5.890.574
