Todo comenzó 15 minutos antes de que aterrizara el avión. Regresaba a Los Ángeles proveniente de Londres y fue entonces cuando su corazón falló y tuvo que recibir reanimación cardiopulmonar dentro de la aeronave. El infarto que la mantuvo hospitalizada desde el viernes antes de Navidad en el UCLA Medical Center finalmente desgastó sus fuerzas. Carrie Fisher, la eterna princesa Leia, continuará su propia saga en otras galaxias.
“Con muy profunda tristeza Billie Lourd (hija de la actriz) confirma que su querida madre murió a las 8:55 de la mañana (…) El mundo la amó y la extrañará profundamente. Nuestra familia le agradece sus pensamientos y oraciones”, señala un comunicado que fue enviado a la revista People. La intérprete estadounidense tenía 60 años de edad y se encontraba de gira promocionando su octavo y último libro: Princess Diarist, en el que admitió haber tenido un romance de pocos meses con su compañero de rodaje Harrison Ford, el mercenario Han Solo, durante la filmación de la primera película de Star Wars, Episodio IV: Una nueva esperanza (1977). Entonces no llegaba a las dos décadas de vida; él tenía 33 y estaba casado con Mary Marquardt.
La cercanía entre Hollywood y Fisher fue desde el principio. Nació el 21 de octubre de 1956 en Beverly Hills, fruto del matrimonio entre la también estrella de cine Debbie Reynolds (Cantando bajo la lluvia) y el cantante Eddie Fisher, que la abandonó en 1959 por Elizabeth Taylor, viuda de su mejor amigo.
Fisher, que estuvo casada brevemente con el cantante Paul Simon y tuvo una relación con el representante Bryan Lourd, se inició como estudiante de arte dramático en la Royal Central School de Londres. En 1973 formó parte del elenco de Irene, un musical de Broadway que protagonizaba su madre. Su debut en el cine fue dos años más tarde con Shampoo, bajo la dirección de Hal Ashby. En aquellos años circulaba un joven George Lucas, quien ya había dirigido American Grafitti y se empeñaba en dar luz a su mundo espacial de ciencia-ficción. Allí la actriz se encontró con el rol que la fijó en el imaginario social: una guerrera de las fuerzas rebeldes que lucha contra el terrible Imperio. Con el inolvidable peinado de rodetes y un sensual traje de esclava, fue el personaje femenino de peso en la trilogía original de Star Wars, para el que también sonaron nombres como el de Jodie Foster.
Luego de El imperio contraataca (1980) y El regreso del Jedi (1983), regresó junto a Mark Hamill (Luke Skywalker) y Ford para el relanzamiento del fenómeno cinematográfico con El despertar de la fuerza (2015) y había terminado su participación en el Episodio VIII, en posproducción y con fecha de estreno para 2017. Su nombre también aparece en los créditos de filmes como Cuando Harry conoció a Sally, Hannah y sus hermanas y The Blues Brothers. Entre las más recientes estuvieron Sorority Row (2009) y Maps to the Stars (2014).
Fue a mediados de los años ochenta cuando comienza su adicción a las drogas y al alcohol que la llevó a varios tratamientos. Además padecía trastorno bipolar. “La gente quiere que diga que estoy asqueada de interpretar a Leia y que eso echó a perder mi vida. Pero si mi vida era tan fácil de arruinar, entonces merecía ser arruinada”, declaró en una entrevista.
Entonces empezó su trayectoria como escritora y guionista (Cambio de hábito, Epidemia y La mejor de mis bodas). Entre sus novelas más conocidas está una de rasgos autobiográficos, Postcards from the Edge, que Mike Nichols (El graduado) llevó a la gran pantalla en 1990 con Meryl Streep encabezando el reparto. Su talento reposará entre aplausos eternamente.
Fuente: El Nacional
Por Confirmado: David Gallardo
