Nueve Grammys Latino y uno americano no sirvieron para convencer al público caraqueño y llenar el concierto de Carlos Vives. Los que sí decidieron ir al Poliedro corearon a todo pulmón para no decepcionar al colombiano.
Aún a las 7:30 pm se realizaban las pruebas de sonido y hasta pasadas las 9 pm el recinto seguía sin llenar la mitad de sus butacas. Eso, sin embargo, no impidió que la programación se diera como estaba estipulada.
A las 8:30 pm, Dany y Dayan, la primera compensación nacional, subieron a tarima. El siguiente fue el también criollo Omar Acedo, quien llegó casi una hora después con cinco bailarinas y un show de luces.
Yo te quiero fue el primer tema en sonar. El clásico “buenas noches, Caracas” apareció a los pocos minutos.
Acedo aprovechó para presentar a sus músicos. El público lo acompañó con bastones de colores durante su espectáculo de una hora, que incluyó temas de su próximo disco, canciones de la antigua Calle Ciega y hasta el Alma llanera.
Fue a las 11:04 pm cuando Carlos Vives llegó a la tarima con sus rizos sueltos y al son del acordeón. Los gritos del público llenaron algunas de las butacas aún vacías.
Éxitos como Déjame entrar, Pa’ Maite y La gota fría sonaron la primera media hora de concierto y un solo de su acordeonista sirvió para terminar de encender el Poliedro.
El artista nacido en la ciudad costeña de Santa Marta brincó por todo el escenario, hizo gala de sus talentos como jugador con un balón de fútbol y tocó la armónica.
“Yo canto vallenato y estoy orgulloso. Soy hijo del vallenato”, manifestó en plena exposición instrumental.
Al cierre de esta edición, el colombiano seguía cantando y el público coreando.
Fotos de: Miguel Acurero
Escrito por: Liliana Ochoa Breijo
Fuente: Últimas Noticias