La medida que se aplicó este viernes 5 de enero en establecimientos de la capital del país, es a juicio del empresario una práctica ya rutinaria del Gobierno de Nicolás Maduro contra el sector privado, que comenzó en el año 2014 con el llamado “Dakazo” en empresas de electrodomésticos, continuó contra las del ramo de juguetes hace dos años, en diciembre 2016 y el año pasado contra tiendas de ropa y calzado.
En declaraciones a Efecto Cocuyo, Larrázabal dijo este sábado 6 de enero que a diferencia de países como Argentina, Bolivia, Brasil y Perú, donde se corrigió la hiperinflación desde el punto de vista técnico y ajustando las variables macroeconómicas, en Venezuela la distorsión creada por el mismo Ejecutivo, las achacan al sector productivo y comercial.
“El gobierno continúa atacando las consecuencias de una política económica que crea hiperinflación que no se origina por el aumento de precios, sino que es consecuencia de las medidas macroeconómicas que emite el gobierno como el aumento de la liquidez monetaria, los déficits fiscales, todas las causas que en la teoría económica originan la inflación”, explicó.
Alertó que estas acciones solo van a provocar el cierre o quiebre de empresas, más desabastecimiento y desconfianza, porque qué supermercado se arriesgará ahora a comprar mercancía si al día siguiente un funcionario puede llegar a obligarlo a que venda a pérdida.
“Se obliga a bajar precios sin tomar en consideración la estructura de costos y sin revisar facturas, simplemente con medidas de orden político que pueden llevar a la quiebra a muchas empresas y que definitivamente va a originar una crisis de abastecimiento mayor a la que tenemos“, añadió Larrazábal.
Para el dirigente empresarial lo que se vivió este viernes fue comparable con los saqueos de mercancías que ocurren en autopistas o carreteras del país, ya que solo algunos pocos pudieron llevarse productos, pero en otros casos la gente salió sin pagar. Consideró que esto será un beneficio entre comillas, pero en el fondo perjudicará a sectores de clase media que no tendrán dónde comprar alimentos la próxima semana.
“A dónde van a ir este fin de semana o el viernes de la semana que viene a comprar productos cuando cobren sus quincenas. Ese es el problema, que se maneja desde el punto de vista de una agenda política y no económica”, remarcó.
Sin divisas
Larrazábal manifestó que como es costumbre en enero las empresas retoman su producción en la primera quincena, pero ahora con la nueva Ley del Trabajo lo hacen a finales del primer mes del año por el cálculo de las vacaciones colectivas y al regresar se enfrentarán con la falta de divisas oficiales, porque desde el pasado mes de agosto no liquidan dólares ni Dipro ni Dicom, por lo que a pesar del discurso oficial el paralelo es el que sigue marcando el precio.
Cuestionó por eso la aplicación del Petro, que cree será una medida de ensayo con pocos resultados. “Ese dólar es el que marca la pauta de los productos y es una total distorsión de la economía y en vez de abordarse de manera profesional salen ahora con criptomonedas y el Petro, con lo que siguen experimentando sin abordar el problema de fondo”.
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