La escasez ha impulsado a los caraqueños a no tener límite a la hora de exponerse o sacrificar algún beneficio para adquirir productos básicos, o incluso los no esenciales. Y es que la capital del país amaneció -otras vez este viernes- sitiada por largas colas en los comercios.
La temida madrugada -por los altos índices de inseguridad- es ahora la perfecta aliada para iniciar la tarea de suplir alguna necesidad de alimentos, medicinas, repuestos de vehículos, o adquirir cualquier producto que se consiga en los anaqueles.
En el supermercado Unicasa de La Candelaria (centro de Caracas) la fila de personas comenzó a las 3:00 am.
Severino Pérez, quien encabezaba la formación dijo que estaban allí para “comprar lo que sea”. La misma situación se repitió una hora después en San Bernardino (centro-norte), desde donde Marta Pernía admitió que hacía la cola “desde tan temprano (en el Abasto Bicentenario) sin esperanza de encontrar algo”.
Esta última usuaria cree que madrugando se puede tener más oportunidad de comprar.