Caracas está de cumpleaños. La ciudad llega a sus 454 años, aunque el chavismo cuestione a su fundador, Diego de Losada, y en algún momento se haya dicho que la capital no fue fundada el 25 de julio de 1567.
Debate aparte, que no es de interés para esta discusión, nos encontramos con una ciudad que, con algunas honrosas excepciones, está en la carraplana, con la más onerosa y decepcionante situación, vivida como nunca antes en su historia.
El municipio Libertador es un desastre. Que no hay seguridad no es ningún descubrimiento. El hampa campea sin control en todos los sectores, pero especialmente en aquellos más pobres. Mucha gente vive la cotidianidad en precariedad extrema. Los operativos de los cuerpos de seguridad, como los realizados en la Cota 905, no solucionan nada. Solo son efectos de vista para la opinión pública. Allí siguen campantes los jefes criminales, sin que hasta ahora nadie haya hecho nada.
¿Erika Farías gobierna? Hasta los chavistas están molestos con ella. Nunca se había visto tan mala gestión al frente del municipio. Y eso que los ha habido malos, solo hay que recordar a Jacqueline Faría que, si bien no fue alcalde, fue designada para liderar un parapeto que no hizo nada relevante por la capital.
Así las cosas, tenemos una Caracas cumpleañera en situación de abandono, triste, al borde de un colapso.
Solo en algunos municipios del este de la capital se intenta capear el temporal. Los alcaldes de Chacao, Baruta y El Hatillo, con recursos limitados y nulo apoyo del régimen de Nicolás Maduro, han intentado sobreponerse, incluso a sus compañeros de oposición, y muestran que, de alguna manera, todo no se ha perdido. Hay sombras, sí, pero también luces.
Y mejor no hablar de lo que sucede en esa Caracas extendida, la Gran Caracas que llaman: Guarenas, Guatire, La Guaira, los Altos Mirandinos. Si una está mal, el resto está peor.
Hoy lloramos. La ciudad a la que le cantó Billo Frómeta no existe. Dio paso a un mamotreto que el chavismo se encargó de destruir. Y, en nuestro afán de no solo denunciar, nos preguntamos: ¿habrá alguien que pueda darle de nuevo el brillo a Caracas?
Editorial de El Nacional