Carabobeños peregrinan para poder comprar alimentos

Carabobeños peregrinan para poder comprar alimentos

Tuvo que salir de su casa bien tempranito. A las 4:00 de la mañana estaba montándose en el autobús que va desde Boquerón hasta Valencia. Gladys Suárez inició su peregrinaje y, no precisamente a pagar una promesa o conocer los milagros de algún santo, sino con destino a un supermercado bien lejos de su hogar, dispuesta a permanecer varias horas en la cola para comprar detergente en polvo, aceite y harina Pan. “Tengo que alimentar a mi familia”.

 

 

Ella no fue la única. Frente al Hyperlíder de Flor Amarillo, cada 20 minutos se paraba un colectivo público, de donde se bajaban varias personas que marchaban en fila con un objetivo común. Cerca de las 11:00 de la mañana, ya no había harina. De todos modos, la gente siguió llegando. La operación era la misma de los días anteriores: Presentar la cédula de identidad para efectuar sus respectivas compras. Una patrulla de la Policía Nacional Bolivariana custodiaba el lugar.

 

 

Y es que, aunque en algunos establecimientos la mercancía se ha ido despachando desde hace más de cuatro días, las personas siguen apostándose frente a los mercados para adquirir los alimentos. Parten desde los municipios Los Guayos, San Joaquín, Montalbán, Libertador; desde sectores del sur de Valencia como Trapichito, Pedro Herrera, La Democracia o Ricardo Urriera.

 

 

En el caso de Makro de San Diego, en donde todavía la cola es kilométrica, a pesar del inminente calor y poca esperanza de llevarse algo a casa. El método es pasarlos de 20 en 20 -a cargo de funcionarios de la Guardia del Pueblo- para que compren el aceite, la harina y el azúcar. Llegado el mediodía, la carne ya se había acabado.

 

 

Allí estaba la señora Omaira Silva, otra peregrina, que contrató a un vecino que es taxista para que la trasladase al establecimiento y la acompañase a hacer la cola. “Era la única manera que tenía de salir de allá de Guacara”, comentó.

 

 

Previsiones en los supermercados  ante ocasiones de “caos”

 

 

Cabe destacar, que muchos gerentes y encargados de los supermercados prefieren no conceder entrevistas, ni brindar información en cuanto al procedimiento de ventas en los comercios, solo se remiten a proporcionar la seguridad necesaria en medio de una situación que amenaza en convertirse en “caótica” si no logra controlar a las personas.

 

 

En el Central Madeirense de La Isabelica no se observaron colas, porque no había productos de interés urgente. Uno de los trabajadores comentó que cuando les surten los anaqueles, lo primero que hacen es llamar a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) para  así evitar el “bululú”. De manera que el despacho se efectúa de forma rápida y así evitar que se formen tantos alborotos.

 

 

Tampoco en el mercado Luxor, ubicado cerca de Plaza de Toros, las personas estaban haciendo colas. “Así como llegan (los productos) se van”, señaló el encargado, quien advirtió que hay muchos que en los últimos días compran artículos en mayores cantidades. Para garantizar la seguridad, igual avisan a la Guardia del Pueblo.

 

 

Por otra parte, en los mercados Bicentenario, tanto de la avenida Bolívar como de la urbanización El Trigal, aunque algunas personas se encontraban alrededor, las colas mermaron un poco, porque la venta se hizo a través del terminal de cédula. Ayer, por ser domingo, solo tenían acceso aquellos que no estuviesen registrados anteriormente y que sus cédulas finalizaran entre el 5 y el 9. Quienes fueron atendidos, eran registrados y controlados por funcionarios de la GNB.

 

 

Cola en Farmatodo de Los Jarales para comprar pañales y jabón

 

 

Encontrar los artículos de higiene personal y cuidado del bebé también causan preocupación entre los ciudadanos. Frente al Farmatodo ubicado en la urbanización Los Jarales, en San Diego, se observó ayer una larga cola de personas que llegaron desde las 5:00 de la mañana.

 

 

Resulta que tenían a la venta pañales, jabón de olor y desodorante. Allí estaban presentes efectivos de la Policía de Carabobo y la GNB, custodiando el lugar, presuntamente, a petición de los encargados del local.

 

 

María Laura Padrón

Notitarde

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