El arresto de Julio César Mancera Dozal, conocido como “Tortuga”, pasó casi desapercibido en la lucha contra el narcotráfico en México. En las últimas horas, las autoridades mexicanas han detenido a este miembro del Cartel de Sinaloa en Hermosillo, capital de Sonora, tras identificarlo como una prioridad máxima.
Junto a Tortuga la Fiscalía General de la República (FGR) también procesó a Ernesto Enrique Cazares Ramos y Jorge Luis Manjarrez Rodríguez, por los delitos contra la salud en la modalidad de posesión de narcóticos con fines de comercio y portación de arma de fuego.
Aunque Mancera había mantenido un perfil bajo dentro de la organización, su reciente implicación en amenazas dirigidas a agentes de las fuerzas del orden de Estados Unidos ha provocado que el gobierno mexicano intensifique su búsqueda y proceda a su captura.

Mancera formaba parte de una facción del Cártel de Sinaloa liderada por Ismael “El Mayo” Zambada y era sobrino de Guadalupe “Lupe” Tapia, uno de los tenientes de Zambada. A pesar de estos vínculos, hasta hace pocas semanas había logrado evitar la atención de las autoridades, mientras otros traficantes de mayor rango eran objeto de persecución y arresto.
Sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente cuando las autoridades mexicanas han tenido conocimiento de las amenazas de Mancera contra agentes estadounidenses, lo que ha motivado que se le considere una amenaza prioritaria, un estatus habitualmente reservado a los líderes de los cárteles.

La Fiscalía General de la República ha informado que la detención de Mancera se produjo en Hermosillo tras una persecución en la vía pública que no arrojó heridos.
Durante la operación, los agentes han incautado dos armas cortas abastecidas, 17 cartuchos, dos cargadores, 1.415 tabletas de fentanilo y 50,2 gramos de clorhidrato de cocaína. El Ministerio Público de la Federación ha presentado las pruebas necesarias para que un juez de distrito decrete la vinculación a proceso, la prisión preventiva y un plazo de dos meses para la investigación complementaria.
El peso de las amenazas a agentes estadounidenses
El historial de las relaciones entre México y Estados Unidos en materia de seguridad ha demostrado que el gobierno mexicano intenta reaccionar con firmeza ante cualquier amenaza dirigida a las fuerzas del orden del país vecino. Tras el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985, México ha desplegado todos sus recursos para evitar represalias estadounidenses, lo que en su momento supuso el desmantelamiento del Cartel de Guadalajara.
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