Un nuevo escándalo salpica a la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en el estado Zulia. Aprehendieron hace dos semanas a cinco funcionarios que presuntamente están vinculados con un homicidio. Los capturaron en procedimientos simultáneos en diferentes sectores de Maracaibo.
Los uniformados capturados por el presunto homicidio de Franklin Antonio Palmar Báez, asesinado el pasado 9 febrero, quedaron identificados como: Carlos Saúl Mejía Linares (22), Osnaider José González (24), Luis Alfonso Boscán Pachano (22), Rafael Enrique Sánchez Báez (24) y David Enrique Maldonado Pimentel (26).
Las investigaciones realizadas por los detectives de la Policía científica demostraron que los uniformados dispararon por la espalda a Palmar quien se desplazaba a bordo de una moto, junto con su sobrino, por la avenida principal del barrio Blanco. Fuentes policiales indicaron que la bala que alcanzó a la víctima era de una pistola calibre nueve milímetros. Sin embargo no especificó a cuál de los detenidos pertenecía.
Reconstrucción
Trascendió que a Palmar y a su sobrino los aprehendieron minutos antes de que los balearan. Al parecer los uniformados de la PNB les practicaron una requisa y revisaron la documentación de la motocicleta que era manejada por el pariente del occiso. Luego de ser liberado por los funcionarios los dos hombres continuaron su camino hasta el sector Cujicito, donde residía el ultimado.
Los motorizados apenas habían pasado tres cuadras cuando se encontraron de frente una patrulla del mismo cuerpo policial con la sirena encendida. Ellos pensaron que el asunto no era con ellos porque acaban de pasar por una alcabala sin ninguna novedad aparente y siguieron su camino. En ese momento uno de los miembros de la comisión abrió fuego sin dar la voz de alto.
Los testigos afirmaron que los efectivos huyeron del lugar sin auxiliar a la Palmar quien murió seis días después en el Hospital Universitario de Maracaibo. Los familiares denunciaron el hecho ante la Fiscalía 45 del Ministerio Público.
Uno de los proyectiles que disparados por los efectivos policiales llegó a manos del fiscal quien lo ordenó la investigación a la Policía científica. Las experticias de balística coincidieron con una de las armas de reglamento de los efectivos detenidos.
LA VERDAD










