El jefe del Gobierno austríaco, el conservador Karl Nehammer, se reunirá hoy lunes en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin, en un encuentro con el que, según anunció el domingo (10.04.2022), quiere impulsar el diálogo entre Rusia y Ucrania y señalar los crímenes de guerra cometidos por Moscú en Bucha, una ciudad cerca de Kiev convertida en símbolo de las atrocidades, y que han visitado otros responsables occidentales.
Nehammer indicó a los medios que la iniciativa fue idea de él y que informó a las autoridades de la Unión Europea (UE) y al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, a quien visitó el sábado en Kiev. El canciller austríaco señaló que está decidido a «hacer todo lo que esté su mano para garantizar que se den pasos hacia la paz”. Agregó que sabe que su misión es «arriesgada”, pero él no será «moralmente neutral” en este conflicto.
Si bien admitió que las posibilidades de tener éxito son escasas, destacó que su postura no es la de «no hacer nada», sino que quiere actuar con un «constructor de puentes». Nehammer explicó que planeó esta visita durante el viaje que realizó a Ucrania este fin de semana para, como él mismo dijo, mostrar su apoyo a Ucrania, que desde hace seis semanas sufre una invasión por parte de Rusia.
País neutral
El político conservador indicó que habló de su viaje a Moscú con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo, Charles Michel, y también con el canciller alemán, Olaf Scholz. Si bien Austria es miembro de la Unión Europea, no forma parte de la OTAN. «Hay que hacer todo lo que se pueda para ayudar a la gente en Ucrania a detener la guerra», justificó Nehammer, el primer líder de la Unión Europea que visita Moscú desde que comenzó la invasión el 24 de febrero.
Austria argumenta que es un país neutral y por lo mismo no envía armas en apoyo a Ucrania, pero sí ha condenado rotundamente el ataque de Rusia, denunciado los crímenes de guerra cometidos por sus tropas y participado en las sanciones dictadas por la UE. Pese a esa postura, es de los países comunitarios que más rotundamente se opone a suspender la compra de gas ruso, del que su economía es muy dependiente.
EFE