Una larga lista de violaciones a las normas de tránsito de carga pesada se conjugaron para ocasionar el accidente ocurrido la mañana del martes, cuando un camión cargadp de láminas de vidrio impactó contra la viga de control de altura del distribuidor Los Ruices, 18 días después de que falleciera un conductor que chocó en el mismo punto con una gandola cargada de carne.
“Ese vehículo recorrió por lo menos 1.600 kilómetros de vías, pasó por alcabalas, todos lo vieron y aún así nadie lo detuvo para chequear la altura de esa carga”, expresó Jorge Luis Iturbide, presidente del Sindicato de Profesionales de Transporte Pesado.
Explicó que la carga tenía por lo menos 4,20 m de altura, aunque el máximo permitido es 3,90 m. Como se transportaban láminas de vidrio, la gandola debió ir escoltada por “vehículos mosca” para mantener la distancia preventiva.
El conductor de la gandola siniestrada le aseveró a ÚN que no conocía las vías de la ciudad porque es extranjero, viajaba sin acompañantes y no observó la señalización ubicada 1.500 m antes del punto.
“Hay una licencia internacional con la que puede circular este trabajador, pero si iba a entrar a Caracas, tenía que entregar la carga a un conductor nacional que conozca las rutas”, añadió Iturbide.
El equipo de ÚN intentó contactar durante dos días a los representantes de la empresa Guardianes de Maturín, responsable de la gandola, pero respondieron que los autorizados participaban en un evento y no estaban disponibles.
Sin sonar. Según estimaciones del Sindicato de Profesionales de Transporte Pesado, en la Gran Caracas circulan aproximadamente de 5 a 6 mil gandolas diarias que transitan sin restricción de horario, ni por tipo de carga ni en vías específicas.
En marzo, el entonces ministro de Interiores y Justicia, Néstor Reverol, inauguró un sistema de detectores de altura de carga pesada en el distribuidor Altamira, un sensor de movimiento que detecta vehículos con carga superior a 3,6 m de altura y emite una alarma de sonido y luces que llega a los sistemas de monitoreo de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
Reverol aseguró, en ese momento, que habían instalado ocho sensores en el distribuidor Altamira y ocho más en el distribuidor La California, y que los efectivos de la PNB estarían en ocho turnos de guardia las 24 horas y entrarían a patrullaje cuando sonara la alarma, que indica una altura mayor a 4,1 m.
“Parece que el sonar no funcionó. Estamos muy preocupados por el nivel de siniestralidad, tenemos registros de por lo menos dos trabajadores muertos cada semana en el rango nacional. Se rueda los sábados, los domingos, a toda hora, pero el conductor no tiene puntos de descanso ni lugares para pernoctar. Después de cuatro horas, el chofer debe descansar, eso está contado”, señaló Iturbide.
Como parte de algunas soluciones, el ministro de Transporte Terrestre, Haiman El Troudi, manifestó que hay una propuesta de crear dos anillos de circunvalación en Caracas: “uno que permita la movilidad dentro del área más metropolitana y un anillo más externo que permita desaguar el transporte pesado para que no ingrese a Caracas”.
El Troudi precisó la construcción de la nueva autopista hacia el Litoral Central, la prolongación de la avenida Boyacá hacia Catia, la autopista Verota-Kempis y la Circunvalación Sur-Caracas: “vamos a construir un túnel desde el Zoológico hasta La Rinconada y luego una autopista de Hoyo de la Puerta a Parque Caiza”.
Fuente: ÚN