Hay pocas mujeres en Hollywood que saben explotar su sexualidad como Cameron Diaz, una actriz que con su discurso desinhibido y su particular visión de la vida ha logrado ganarse al público década tras década. Aunque claramente anclada en la comedia y lejos de la estela de los Oscar, Diaz, a punto de cumplir 42 años, sigue siendo el principal reclamo de cada película en la que interviene, sin problemas para adaptarse a lo que le echen por delante, siempre con ese toque provocador que ha marcado su carrera cinematográfica.
Este año ya lleva dos de ese perfil. Primero se atrevió con un título como»The Other Woman» sobre un hombre infiel que se enfrenta con la venganza de tres de sus amantes, y ahora vuelve a la carga con otra historia sexy, picante y con unas cuantas dosis de humor. En «Sex Tape», la actriz de origen cubano hace de Annie, una mujer casada con Jay (interpretado por Jason Segel) que, después de 10 años de matrimonio y niños, decide grabar una cinta de contenido sexual con su marido para avivar un poco la relación.
El problema surje cuando la grabación cae en manos de toda su red de amigos al compartirla de forma pública por error. La vergüenza es notoria y a partir de esa situación comienza una carrera disparatada por recuperar el video de la nube y evitar que todos sus amigos y familiares sigan viendo su explícito acto sexual.
Forma parte de una era moderna en la que el sexo, o la falta de él en matrimonios asentados, es un problema considerable y que Hollywood se ha encargado de describir con su particular sentido hiperbólico de la cosas. Aunque Diaz aclara que el guión no es solo la fantasía erótica. «Es una historia sobre personas que se aman».
Eso sí, espera que, si la película tiene éxito, haya un montón de cintas de ese estilo circulando por internet, o que al menos muchas parejas se animen a hacer lo mismo.
«Creo que hay muchos matrimonios que podrán descubrir que es cierto que pueden salvar su relación con algo así».
Aún así, a la actriz le preocupa que la gente se quede solo con la parte sexual y no se enfoque en la esencia de la cinta. “Cuando haces una película así, te das cuenta de que la gente sólo se enfoca en la parte de la grabación sexual, pero esta película es mucho más por ser sobre dos personas que realmente se quieren, que saben que están bien casados pero no saben cómo revivir su relación”.
Eso sí, admite que el hecho de haber podido rodar con “un amigo” como Jason Segel, con quien ya coincidió en Bad Teacher, lo hizo todo más fácil, incluso el hecho de tener que quitarse la ropa. “Hacemos cosas estúpidas en la cinta que con otra persona hubieran resultado raras, pero con él la confianza es absoluta. El haber trabajado los tres juntos antes con el director, Jake Kasdan [rodaron juntos Bad Teacher], nos dio una complicidad especial”.
Cuestión de edad
También resultó sencillo puesto que a su edad, dice, ya pocas cosas le escandalizan. Es parte de un proceso de madurez que ha quedado reflejado en su libro, Body Book, en el que habla de envejecer y de cómo cuidarse mejor sin caer en estereotipos sociales superficiales.
“Estoy muy emocionada por el hecho de estar haciéndome mayor. Creo que necesitamos cambiar el discurso sobre la edad y entender que es un privilegio hacerse mayor porque nunca sabes cuando se va a acabar esto”, explica de forma apasionada. “Según te haces más mayor, la vida se hace mejor y más interesante por la experiencia, porque dejas que desaparezcan que las cosas que no importan tanto y que antes pesaban. Eso de revertir la vejez no existe. Hay que progresar e intentar tener una mejor vida”.
En cuanto a las cuestiones modernas que plantea la película, es decir, las tecnológicas, Diaz dice que no se identifica para nada y que jamás se le ocurriría hacer una cinta de corte sexual por peligro a verse expuesta. “A mí no me pasaría nunca porque la tecnología me odia, como si fuera una especie de venganza personal. Además no me fío del concepto de la nube. Preferiría un término como una caja fuerte, un lugar que me haga sentir segura”.
Por eso en parte se ha retirado de las redes sociales. “No es mi instinto el estar compartiendo lo que estoy haciendo. Me gustaría ser mejor con eso, pero no es mí era para nada. Aun así, aprecio que la gente me busque y quiere interesarse por lo que hago”. Cada vez más además. Diaz sigue estando de moda.
Diario las Américas
