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Cambios en la penetración y posición sexual que controlan la eyaculación

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Cambios en la penetración y posición sexual que controlan la eyaculación

Mediante el uso de ciertos movimientos y ajustes en la penetración y en la posición sexual, puedes permanecer en un nivel sostenido de alta excitación sexual y, al mismo tiempo, mantener tu eyaculación bajo control.

 

Esto significa que durante el sexo podrás disfrutar de intensas sensaciones placenteras y quedarte allí por un tiempo prolongado – tanto como tú lo desees – antes de llegar al punto de no retorno, en el que tu eyaculación y orgasmo son ya inevitables.

 

Si estás experimentando actualmente gran frustración porque eyaculas poco tiempo después de la penetración, o antes de lo que quisieras, comienza por practicar primero la técnica “start-stop” para controlar la eyaculación. Es un ejercicio que debes realizar primero a solas y, cuando ya lo domines, practicarlo durante la relación sexual con tu pareja.

 

Después de haber logrado controlar tu eyaculación con la técnica anterior, incorpora ajustes y variaciones a tus movimientos de penetración – cuando te encuentres en la relación sexual – los que te ayudarán a relajarte, mientras prolongas tu capacidad de mantenerte excitado y sin eyacular durante el coito.

 

VENTAJAS DE VARIAR Y AJUSTAR LOS MOVIMIENTOS DE PENETRACIÓN

 

Ayudan al hombre a controlar su eyaculación durante la relación sexual, lo que gradualmente le ayudará a disfrutar por más tiempo, mientras que brinda también mayor placer a su pareja.

 

Los sutiles ajustes y variaciones pueden ser sumamente placenteros y excitantes para la mujer. Por lo general, ellas disfrutan más de este tipo de movimientos que de los movimientos de penetración más directos (hacia arriba y abajo) y monótonos. Lo impredecible de los movimientos variados, agrega una dosis extra de pasión y excitación al encuentro sexual.

 

No hará falta detener los movimientos de penetración ni tampoco interrumpir el coito (salir de la vagina), para disminuir la excitación del varón. Todos estos movimientos y ajustes formarán parte de la danza sexual de la pareja.

 

CUÁNDO Y CÓMO REALIZAR LOS AJUSTES Y VARIACIONES

 

Existen señales que le indican a un hombre cuándo debe reducir la intensidad de su excitación durante la relación sexual, antes de que sea demasiado tarde. Por ejemplo, la respiración más acelerada, continuas ráfagas de placer por la zona genital, zumbido interior, latidos del corazón fuertes, rostro caliente y enrojecido. Cuando te encuentres en medio de la relación sexual y notes que tu nivel de excitación esté aumentando considerablemente, haz algunos de los siguientes ajustes y variaciones para calmar el ritmo y navegar por más tiempo sobre las olas del placer prolongado.

 

1. Reduce la velocidad de los empujes de penetración. Esto será menos estimulante para el pene – con lo que podrás controlar tu eyaculación – pero, a la vez, será muy apreciado por tu compañera, a quien le encantarán estos lentos y sensuales movimientos, porque podrá sentir más. Por el contrario, los movimientos rudos y monótonos pueden adormecer las zonas sensibles de su vagina.

 

2. Varía el ángulo de penetración, por ejemplo, ajustando la posición sexual en la que te encuentras. Si te encuentras acostado sobre tu espalda, con ella arriba de ti, pueden elevar un poco tu pecho y abdomen en dirección a ella, de manera que tu pene se encuentre de manera perpendicular a la entrada de la vagina, y no en dirección recta. Este ángulo genera menos fricción en la parte posterior del glande, donde se encuentra una zona llamada frenillo. Este ángulo es también favorable para la mujer porque permite un roce que estimula mejor el clítoris.

 

3. Acorta la longitud de los movimientos de penetración. En vez de empujar el pene completamente hacia adentro, y luego por completo hacia afuera, haz movimientos cortos hacia adentro y afuera, sin salir de la vagina. Los movimientos cortos disminuyen la estimulación sobre el pene.

 

4. Realiza movimientos de penetración superficiales, cerca de la abertura de la vagina. Esto reducirá tu excitación porque necesitarás moverte menos y estarás estimulando menos zonas del pene. Para tu compañera, estos movimientos superficiales pueden ser intensamente placenteros – e inclusive atormentadoramente excitantes – ya que el tercio exterior de la vagina es más sensible a la fricción. La penetración superficial también estimula el clítoris, ya que hala las zonas externas a la vagina.

 

5. Haz movimientos cortos y muy profundos de penetración. Cuando una mujer se encuentra en estado de alta excitación sexual los dos últimos tercios de la vagina se alargan, y el útero se eleva dejando un espacio más ancho en su parte más profunda. Esto permite el paso fácil del pene y produce menos fricción, cuando necesites disminuir tu propia excitación. Muchas mujeres disfrutan de movimientos cortos, lentos, suaves y profundos – realizados con presión – cerca de su cérvix (cuello uterino) y útero, que es una zona erógena femenina muy sensible pero poco conocida. Bien merece ser explorada por más tiempo.

 

6. Cambia los movimientos de penetración rectos – hacia adentro y afuera – por movimientos circulares o movimientos de balanceo de un lado al otro. Estos movimientos producen menos fricción en el glande del pene. Durante los movimientos circulares estimularás el clítoris de tu compañera, al rozarlo con la zona baja de tu vientre. También puedes presionar tu hueso púbico sobre el hueso púbico de tu pareja, como si estuvieras moliendo algo entre ellos.

 

7. Varía la posición sexual para reducir la fricción sobre el pene. Las posiciones donde ella está encima de ti con las piernas más separadas que lo habitual, abre también más la vagina, de modo que habrá menos presión y fricción sobre el pene. Esta postura puede resultar menos estimulante para las mujeres, por lo que tú o ella misma pueden estimular su clítoris con suaves movimientos de los dedos.

 

Puedes alternar y combinar estos movimientos y ajustes con libertad, según te lo vaya indicando la pasión y la sensación del momento. Recuerda que la intención principal es controlar tu eyaculación. Por ejemplo, puedes realizar unos pocos movimientos profundos y rápidos, seguidos por un largo movimiento hacia fuera – hasta quedar a pocos centímetros de la abertura de la vagina, pero aún dentro – y a continuación hacer rápidos y excitantes movimientos en el primer tercio de la vagina. A la mayoría de las mujeres les fascina y excita que haya muchísima variedad a lo largo del encuentro sexual. Pero, cuando ella ya esté a punto de alcanzar su propio orgasmo, simplemente continúa haciendo lo que estés haciendo, sin variar de movimiento. De lo contrario, toda la tensión sexual que ella haya generado – necesaria para lograr el orgasmo – se puede desvanecer en segundos, con lo que le será mucho más difícil remontar nuevamente el vuelo orgásmico.

 

 

 

www.sexlecciones.com

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