La distribución y entrega de gasolina en zonas del este y sureste de Caracas se ha dificultado aún más durante los últimos 10 días, debido a los cierres de vías y protestas de calle que impiden la circulación de las unidades cisterna de Pdvsa.
Varias estaciones de servicio de venta de gasolina en los municipios Chacao, Baruta y El Hatillo han tenido problemas para poder recibir el combustible, pues los camiones cisternas han tenido que desviarse de sus rutas tradicionales o incluso retornar al llenadero en Guatire por las condiciones inseguras reportadas por los conductores de la Empresa Nacional de Transporte (ENT).
Ante las dificultades para surtirse de gasolina varias bombas han tenido que cerrar, lo que ha generado colas de conductores aguardando por el combustible.
Ángel Castillo, dirigente sindical de la ENT y representante ante la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros (Futpv), aseguró que en la semana un conductor llamado José Luis Fernández fue retenido en una protesta, en La Castellana, donde un grupo pretendía agredirlo.
El propio Fernández afirmó que «ellos mismos me dejaron tranquilo, pero querían que abandonara la gandola para incendiarla».
Los trabajadores explicaron que están tratando de cumplir con los despachos con la misma regularidad de siempre, pero aplican un «plan estratégico» que incluye los cambios de horario de entrega, de itinerarios, y de rutas de circulación. También han tenido que fletar cisternas con custodia para evitar ataques en las calles, afirman.
En algunas estaciones las entregas de gasolina se están realizando a mitad de la madrugada para aprovechar que las calles se encuentran despejadas, aunque ello conlleva que las bombas de gasolina deban habilitar personal operativo y de seguridad para que reciban el producto.
Castillo y Fernández señalaron que los conductores «sienten que no hay resguardo. No se está garantizando la seguridad en ese sentido».
Insisten en que «quisiéramos tener una reunión con el presidente Nicolás Maduro, porque les están llegando a las gandolas y somos un objetivo. Van 17 casos donde los gandoleros han tenido que negociar», indica Fernández.
Los trabajadores resaltan que «queremos que haya seguridad en las descargas. Desde la Planta de Guatire el espíritu a escala nacional es que se garantice la seguridad de gandoleros. Siempre hemos trabajado para garantizar distribución de combustible, y no son las gerencias sino los trabajadores quienes lo logramos».
En este sentido, informó que desde el llenadero de Guatire «ha estado saliendo la misma cantidad de envíos, 250 o 300 gandolas diarias, con los planes salir de madrugada o tomar las rutas alternas».
También cuestionaron que los asesores comerciales (empleados de la ENT que toman los pedidos realizados por las bombas de gasolina) «siguen programando viajes a las zonas en conflicto. Hemos tenido reuniones donde hemos planteado los problemas y no nos han prestado atención».
El Universal
Ernesto J. Tovar