La Cámara de Diputados de Brasil abrió un maratón de debates que se prolongará por tres días y en la que se decidirá si el proceso con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff avanza al Senado.
Al inicio de esta sesión, la primera de las tres en las que se decidirá la suerte de Rousseff en la Cámara baja, se pronunciaron los juristas que elaboraron el pedido de destitución, que se basan en unas maniobras contables supuestamente irregulares, y el abogado del Estado, José Eduardo Cardoso, que defendió a la mandataria.
El jurista Miguel Reale Júnior sostuvo que esas maniobras contables llevaron a Brasil a la «quiebra» y «destruyeron la economía del país».
El abogado del Estado reiteró el argumento de que no existe «mala fe» en esas maniobras, que según el Gobierno estaban amparadas por la legislación vigente, y alegó que el proceso está «viciado», por lo que su aprobación supondría una «innegable ruptura institucional».
El líder del oficialismo en la Cámara baja, José Guimarães, afirmó estar «seguro» de la victoria de Rousseff en la votación del domingo y negó que la oposición tenga votos suficientes para llevar el proceso al Senado, para lo que necesitan dos tercios del arco parlamentario, que suponen 342 de los 513 diputados.
Según recuentos realizados por los grandes diarios, la oposición ya cuenta con votos suficientes para ganar la votación, oscilando entre un mínimo de 340 y un máximo de 344 diputados.
En cambio, Guimarães aseguró que, en las últimas 48 horas, «las cosas están evolucionando» de forma favorable a Rousseff gracias a un «trabajo silencioso» realizado por los partidos que apoyan a la jefa de Estado.
Sin embargo, en la tribuna de la Cámara baja Rousseff sufrió hoy varios reveses, entre ellos la recomendación de votar en su contra formulada por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor fuerza del legislativo y a la que pertenece el vicepresidente, Michel Temer, primero en la línea de sucesión.
El jefe del grupo del PMDB, Leonardo Picciani, uno de los pocos miembros de esa fuerza que aún se mantenían fieles a la jefa de Estado, dijo que la disciplina partidaria «se impone», por lo que recomendó votar a favor de la destitución.
La sesión de este viernes se prolongará previsiblemente toda la noche, hasta entrada la mañana del sábado, cuando enlazará con la segunda jornada de debates, en la que podrán hablar, a título individual, todos los diputados.
Hasta la noche de este viernes, habían pedido la palabra para el sábado 170 diputados favorables a la destitución de Rousseff y 79 contrarios.
Si el proceso prospera en la votación del domingo, este pasará al Senado, que decidirá por mayoría simple si lo admite a trámite.
En ese caso, Rousseff sería apartada del cargo de forma temporal por 180 días, mientras se celebra el juicio parlamentario, y sería sustituida por Temer, a quien la mandataria ha acusado de liderar la «conspiración» en su contra.
GB