Venezuela se encuentra al inicio de un prolongado período de turbulencia económica dadas las altas probabilidades de que el precio del crudo se mantenga en niveles cercanos a los $80 por barril, y la trágica destrucción de la industria petrolera del país emprendida por el chavismo, dijo el jueves el ex presidente de la OPEP, Humberto Calderón Berti.
El experto venezolano, quien hablaba en un foro organizado por el Miami Dade College, dijo que el deterioro económico del país y el proceso de colapso en que se encuentra la industria propiciará tarde o temprano un proceso de “sincerización” que implicaría una revisión de los acuerdos con Cuba y una restauración de la relación comercial con Estados Unidos.
“La industria petrolera ha sido destruida, casi en su totalidad. Hemos perdido gran parte de nuestra capacidad de producción”, señaló el ex canciller y ex ministro de Energía y Minas de Venezuela.
“Venezuela va a tener que revisar la situación con Cuba”, señaló.
Esa revisión no significa necesariamente que Venezuela dejaría de suministrar crudo a la isla, solo que lo haría a cambio de que Cuba le pague.
Agregó que la asistencia venezolana a Cuba ha sido estimada entre los $10,000 y los $12,000 millones al año, que se han vuelto muy difícil de sostener bajo las actuales circunstancias económicas del país.
“Y si Venezuela entra en una situación compleja desde el punto de vista económico, como pareciera que va a ocurrir, evidentemente Cuba se va a ver afectada”, sostuvo.
La economía venezolana entró en problemas este año ante el colapso del modelo “petropopulista” empleado por el chavismo, con la renta petrolera en base a un barril de crudo de $100 mostrándose insuficiente para sostener un tipo de cambio exageradamente sobrevaluado, la pesada factura de un volumen cada vez mayor de importaciones, el elevado servicio de la deuda y los gigantescos subsidios que otorga dentro y fuera del país.
Y ahora que el precio del barril ha caído por debajo de los $80, muchos se preguntan por cuanto tiempo más el modelo puede seguir siendo aplicado.
Lamentablemente para el régimen de Nicolás Maduro, los pronósticos apuntan a que los precios del crudo están condenados a mantenerse por debajo de los $100 por un tiempo prolongado.
“Los sauditas han dado a entender que están a favor de un ajuste de precio hacia abajo porque los sauditas tienen una visión a largo plazo del negocio petrolero debido a la gran cantidad de reservas de crudo que tienen”, explicó el ex presidente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
“Ellos saben que la única manera de desestimular un desarrollo muy agresivo de yacimientos no convencionales es moderando los precios del petróleo. Visión que debería ser compartida por otros países con grandes reservas de crudo”, agregó.
Pero Calderón dijo no creer que los precios lleguen a caer por debajo de los $60, ya que ese nivel constituye el costo de desarrollo de los yacimientos no convencionales, como el crudo de esquistos bituminosos (shale oil) de Estados Unidos, cuya creciente oferta es una de las razones detrás de la caída de los precios en los mercados internacionales.
Gran parte de la tragedia venezolana se debe al fracaso del régimen bolivariano de incrementar la producción de crudo.
Cuando el fallecido Hugo Chávez llegó al poder en 1999, se encontró con una robusta industria petrolera que venía ejecutando planes para incrementar la producción a niveles de 5.5 millones de barriles diarios para el año 2005.
El chavismo, sin embargo, abandonó el ambicioso programa de expansión y hoy en día solo produce alrededor de 2.4 millones de barriles diarios.
Pero que se esté produciendo ese volumen no quiere decir que ese es el total exportado, comentó Russell M. Dallen Jr., editor jefe de Latin American Herald Tribune y director del banco internacional de inversiones Caracas Capital Markets.
De ese total, Venezuela destina cerca de 800,000 barriles diarios para el mercado interno, donde la gasolina es vendida a un precio de menos de un centavo de dólar por galón, dijo Dallen.
“Con menos de veinticinco centavos de dólar puedo llenar el tanque de mi pesado todoterreno (SUV)”, comentó el analista.
Ofrecer gasolina a precios escandalosamente bajos no solo fomenta un mayor consumo interno, sino que también estimula el grave problema del contrabando de combustible a países fronterizos como Colombia y Brasil, donde la gasolina es vendida a más de $3 por galón, para brindar una inmensa ganancia al contrabandista.
Adicionalmente, cerca de otros 700,000 barriles de la producción venezolana son destinados a Cuba, a los países beneficiarios del pacto de Petrocaribe y a pagar los más de $50,000 millones en deudas con China que Venezuela ya consumió, lo que deja a la nación sudamericana con solo un millón de barriles diarios, o menos, para ser vendidos, la mayor parte de ellos a Estados Unidos.
Fuente: El Nuevo Herald