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Cae la libra tras un estudio que no da la mayoría absoluta a May

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Cae la libra tras un estudio que no da la mayoría absoluta a May

La libra cayó un 0,5% ante el dólar y un 0,4% ante el euro (1,14) tras la publicación hoy en «The Times» de una proyección circunscripción a circunscripción de la firma demoscópica YouGov que sitúa a los conservadores a 16 escaños de la mayoría absoluta (Cameron legó a May una mayoría de 17 diputados). Posteriormente la caída de la divisa se ha amortiguado en el arranque de esta mañana de miércoles a 0,35% ante el dólar y 0,35% ante el euro.

 

 

 

A pesar de la nula credibilidad de las encuestas británicas, que fallaron clamorosamente en las elecciones generales de hace dos años y en el referéndum de la UE, la proyección incrementa los nervios en el Partido Conservador. May está haciendo una mala campaña y ha venido bajando: su ventaja cayó de 22 puntos en precampaña a unos seis-diez.

 

 

 

La fiabilidad del estudio es escasa, toda vez que el propio informe de YouGov reconoce que «en una buena noche» los tories pueden aumentar su ventaja con 15 escaños más de los 330 que tienen ahora, yéndose a 345. También señala que en una «mala noche» podrían quedarse solo con 274 escaños.

 

 

 

Algunos especialistas han criticado la metodología del estudio. Sin embargo parece un trabajo cuando menos oneroso. YouGov se ha servido de 50.000 panelistas para hacer una foto de cada una de las circunscripciones. Sostienen que utilizando este método durante el referéndum de la UE del año pasado les salió constantemente el resultado correcto, la victoria del Leave.

 

 

 

La encuesta nacional de intención de voto que ha utilizado YouGov para sus proyección se realizó la semana pasada y daba a los tories el 42% de los votos, un 38% a los laboristas, 9% liberales y 4% UKIP. Con esos datos, la compañía calcula que los conservadores obtendrían 310 escaños, frente a los 330 actuales, y se quedarían a 16 de la mayoría absoluta de 326; los laboristas subirían de sus 229 de hoy a 257; los liberales ganarían uno y se quedarían en 9; el SNP escocés perdería cuatro y obtendría 50; los verdes ganarían uno y los nacionalistas galeses, 3.

 

 

 

Con esos resultados habría un empate técnico y una situación de difícil gobernabilidad. Lo que en la jerga política inglesa se conoce como «un parlamento ahorcado». Además laboristas, liberales, nacionalistas escoceses y galeses y verdes podrían montar un Gobierno alternativo a May, lo que ella llama constantemente en sus actos de campaña «la coalición del caos».

 

 

 

Cuesta no ver con mirada de sospecha una proyección tan dramática como la de «The Times», un periódico de Murdoch, que apoya a los conservadores, publicada a solo diez días de las elecciones. El establishment británico, que existe, pesa y actúa, estaría activando la palanca del miedo a Corbyn, que está vadeando la campaña mucho mejor de lo previsto, con promesas de gasto social contablemente insostenibles (matrículas universitarias y guarderías gratis, por ejemplo), pero populares para el público más castigado por la larguísima resaca de la crisis de 2008.

 

 

 

Por su parte May está haciendo una campaña mala, es una candidata con pocos reflejos, que se limita a repetir con énfasis de buena alumna el guion que le ha escrito el gurú electoral australiano Lyton Crosby, al que ya recurrieron con éxito Cameron y Boris Johnson, el mantra del «brazo fuerte y el liderazgo sólido y estable para negociar el Brexit». Además los tories han cometido un error garrafal: enfadar a un sector del público que es un granero enorme de votos para ellos, los jubilados.

 

 

 

En su programa electoral, escrito por su Rasputín de cabecera, el influyente fontanero Nick Timothy, May incluyó una reforma para hacer pagar más a los pensionistas que reciben ayuda asistencial a domicilio, obligándolos incluso a responder con sus viviendas para abonar la factura después de muertos. La medida, que corrigió a los tres días, ha sido bautizada como «el impuesto de la demencia», nombre que ya emplean hasta los periódicos tories. No solo ha indignado a los mayores, sino también a sus hijos, que esperaban heredar esas casas.

 

 

 

A pesar del dramatismo de la proyección de escaños de YouGov, la verdad es que el barómetro resumen de sondeos da una ventaja de nueve puntos a May (Cameron obtuvo mayoría absoluta ante Miliband con 6,5 puntos). Stephen Fisher, un profesor de Oxford que especialista en demoscópica, calcula que la mayoría conservadora será de cien escaños. ICM, la firma del diario pro laborista «The Guardian», otorga 12 puntos de ventaja a May.

 

 

 

Pero una campaña que se anunciaba mortecina, un paseo militar para los tories ante un candidato imposible, Jeremy Corby, se ha igualado. May recurre ya al cuerpo a cuerpo y esta mañana, en un ataque muy personal, afirmó que si llegase a primer ministro «Corbyn aparecería desnudo en la sala de negociación con la UE». La frase levantó risas entre el público de simpatizantes conservadores que la escuchaban. Los laboristas han optado por la táctica de no responder a críticas personales duras.

 

 

 

La campaña se ha planteado como un duelo entre una primera ministra que se presenta como la única aspirante seria y capaz de gestionar el Brexit frente a un Corbyn que promete «justicia social». May intenta centrar el debate en el Brexit. Corbyn en el estado de los servicios sociales. Ella cultiva una imagen de líder sólida, muy cuestionada tras sus constantes rectificaciones. Él se trabaja una estampa de abuelo tranquilo, de político que rompe el molde de los líderes prefabricados.

 

 

 

 

ABC

Por Confirmado: Gabriella Garcés

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