Miguel Cabrera tuvo un «deja vu». El inicialista fue víctima de un mal bote y la pelota terminó impactando en su rostro, haciendo recordar a lo que sufrió en los entrenamientos primaverales de hace unos años.
Inmediatamente los médicos salieron a revisarlo, y a pesar, que continuó jugando, se le vio marcas del golpe.
Feunte: Meridiano