Equipos de rescate seguían este domingo buscando sobrevivientes en Haití, al día siguiente de un poderoso terremoto que dejó al menos 304 muertos y más de 1.800 heridos en el suroeste del país, que aún no se recupera del arrasador sismo de 2010.
El jefe de gobierno, Ariel Henry, que sobrevoló las zonas más afectadas el sábado, declaró el estado de emergencia por un mes en los cuatro departamentos afectados por la catástrofe.
El sismo de magnitud 7,2 se produjo el sábado a las 08:29 (misma hora de Chile) a unos 160 km de la capital haitiana, Puerto Príncipe, según los datos del servicio geológico de Estados Unidos (USGS).
Cientos de personas quedaron atrapadas en el derrumbe de iglesias, negocios, escuelas y viviendas.
Al menos 304 personas murieron, según un recuento divulgado a la noche por Jerry Chandler, director de protección civil.
“Muchas casas están destruidas, hay muertos y muchos están en el hospital” dijo a AFP Christella Saint Hilaire, que vive cerca del epicentro.
Los equipos de rescate corrieron contrarreloj para encontrar sobrevivientes. Los esfuerzos de rescatistas profesionales y de numerosas personas “han llevado a que muchos hayan sido sacados de los escombros”, tuiteó el servicio de protección civil.
Más de 1.800 personas resultaron heridas y los pocos hospitales en las regiones más afectadas ya enfrentaban dificultades para proveer atención de emergencia.
El ministerio de Salud envió rápidamente personal y medicinas a la península del sureste pero el arribo está condicionado por la inseguridad que campea en el país más pobre de América.
El único camino que une a la capital con la zona sur del país pasa por Martissant, un área controlada desde junio por bandas armadas que bloquean el libre tránsito.
“Todos sabemos que tenemos un problema en Martissant”, admitió Henry a la prensa la noche del sábado.
“Decidimos (…) que toda la ayuda pueda pasar” por las áreas afectadas, agregó y dijo que la policía y el ejército fueron movilizados para ello.
Naciones Unidas “está trabajando para apoyar las labores de rescate y socorro” en Haití, dijo su secretario general, Antonio Guterres.
El papa Francisco expresó su “solidaridad” y exhortó a la comunidad internacional a que venga en su ayuda.
República Dominicana, que comparte con Haití la isla La Española, anunció el envío de 10.000 raciones de comida, equipamiento médico y material para prevenir el covid.
El presidente estadounidense, Joe Biden, aprobó ayuda “inmediata” para el país caribeño.
México, Perú, Argentina, Chile y Venezuela también ofrecieron asistencia para Haití, así como Ecuador, que prepara el envío de 34 efectivos del Cuerpo de Bomberos de Quito para tareas de búsqueda y rescate urbano.
Madrid también tendió su mano. “Contáis con el apoyo de España para salir adelante tras este terrible suceso”, dijo a los haitianos el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
Los 253 médicos cubanos desplegados en Haití se desplazaron para atender heridos y adecuar un hospital de Puerto Príncipe hasta ahora utilizado para enfermos del covid-19, informó el jefe de esa brigada en la televisión cubana.
La tenista japonesa Naomi Osaka, cuyo padre es haitiano, ofrecerá la totalidad de lo que recibirá en un próximo torneo a las víctimas del sismo. “Esta devastación duele mucho”, escribió en Twitter.
Un hotel y casas destruidas
En el extremo sur, un hotel de varios pisos se derrumbó en Les Cayes, tercera ciudad de Haití.
Los daños también parecen ser importantes en Jeremie, una aglomeración 200.000 personas en el extremo suroeste de la península.
“Las casas y los muros que las rodean se han derrumbado. El tejado de la catedral se derrumbó”, aseguró Job Joseph, un residente.
La labores de rescate podrían verse empañados por la cercanía de la tormenta tropical Grace, que amenaza con lluvias e inundaciones, según el servicio meteorológico estadounidense.
El país aún guarda en la memoria el terremoto de magnitud 7 del 12 de enero de 2010, que dejó gran parte de Puerto Príncipe y las ciudades cercanas en ruinas polvorientas. Más de 200.000 personas murieron y otras 300.000 resultaron heridas.
Más de un millón y medio de haitianos se quedaron sin hogar, dejando a las autoridades de la isla y a la comunidad humanitaria internacional ante un reto colosal en un país que carece de un registro de tierras y de códigos de construcción.
La reconstrucción del principal hospital del país sigue incompleta, y las organizaciones no gubernamentales se han esforzado por suplir las numerosas deficiencias del Estado.
El terremoto del sábado se produce poco más de un mes después de que el presidente Jovenel Moise fue asesinado por un comando armado, lo que conmocionó a un país que lucha contra la pobreza, una creciente violencia de las bandas criminales y la pandemia de covid-19.
AFP