Miles de personas velaron el domingo al candidato presidencial de Brasil Eduardo Campos, cinco días después de que muriera en un accidente de avión que reconfiguró el escenario político, cuando faltan dos meses de la elección.
La gente esperó por horas a que llegara el féretro del candidato al palacio de gobierno de la ciudad de Recife, donde nació Campos. Algunos sollozaban y otros cargaban letreros con mensajes de dolor por la muerte del también ex gobernador del estado de Pernambuco.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien busca la reelección en octubre, también acudió al homenaje. Marina Silva, compañera de fórmula de Campos y escogida por el Partido Socialista Brasileño para sustituirlo también viajó para rendir honores, que concluirán con el entierro de Campos.
La muerte del candidato sacudió al país. Las televisoras transmitían ya por horas el velorio del candidato, incluso con imágenes aéreas, para dimensionar la magnitud del evento que reunió a miles.
Campos, de 49 años, era descendiente de una dinastía política del estado de Pernambuco. Considerado el candidato de la izquierda moderada, estaba en un lejano tercer lugar en las encuestas de opinión, muy atrás de Rousseff y del candidato de oposición Aecio Neves. Con su muerte, los analistas dijeron que su sucesora, Silva, podría presentar una amenaza mayor a la reelección de Rousseff, ya que la ex ministra de Medio Ambiente es popular en las urnas.
Junto con Campos murieron cuatro asesores de campaña y los dos pilotos. La esposa y los cinco hijos del político —que también fungió como diputado federal y ministro de Ciencia y Tecnología— encabezaban la misa de homenaje y el velorio en Recife. El cadáver será enterrado en la tumba familiar donde también yace el cuerpo de su abuelo, el político Miguel Arraes.
Fuente: Agencia
