El reciente avance de los casos de coronavirus por todo Brasil, uno de los países más afectados del mundo en cifras absolutas, ha puesto de nuevo en jaque la capacidad de los hospitales en Río de Janeiro y Sao Paulo, ya saturados por las operaciones que tenían pendientes antes de la pandemia.
Las cifras oficiales hasta el miércoles reportaban 6.436.650 casos confirmados y 174.515 muertes relacionadas a la covid-19, con un aumento de contagios en los últimos días, después de un período de desaceleración que permitió la flexibilización de las medidas de confinamiento y aislamiento social adoptadas por estados y ciudades.
Debido a ello, los hospitales brasileños comenzaron a poner al día su agenda de cirugías pendientes que fueron suspendidas por la pandemia y en la actualidad la ocupación en muchas de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) es por pacientes de otras enfermedades no relacionadas con la covid-19.
Las redes de hospitales privados de Sao Paulo y Río de Janeiro, las ciudades más pobladas del país, reportaron esta semana tasas de ocupación del 84 % y el 98 % respectivamente, para las UCI destinadas a pacientes con covid-19, que requieren de equipos con respiradores, y en el sistema público ambas se aproximan del 90 %.
Aumento menos acelerado, pero más amplio
Diferente del pico más alto de la pandemia, alcanzado en mayo, en en el que el patógeno se fue expandiendo de manera gradual por el territorio brasileño, el reciente aumento de contagios se viene dando prácticamente de manera uniforme en todas las regiones, aunque sin la intensidad y la cantidad de fallecimientos registrados meses atrás.
«El aumento de casos está ocurriendo en todo el país, al contrario de los meses de marzo a junio cuando habían restringido a algunas ciudades. Ese aumento todavía no se tradujo en valores semejantes a los de mayo, pero es muy preocupante», señaló a Efe el epidemiólogo Paulo Lotufo, de la Universidad de Sao Paulo (USP).
Para el especialista, «la causa principal fue el relajamiento excesivo de las medidas de distanciamiento por presión de los alcaldes preocupados con las elecciones municipales».
El pasado domingo, Brasil tuvo la segunda vuelta de los comicios municipales, pero solo un día después estados como Sao Paulo, el más afectado del país por el patógeno, anunció nuevas medidas de control sanitario, como restricciones impuestas al comercio y al funcionamiento de servicios que venían operando casi que normales.
Incidencia, mortalidad y transmisión
Hasta el miércoles, el país registraba una tasa de mortalidad de 83 decesos y una incidencia de 3.062,9 personas infectadas por cada 100.000 habitantes.
De acuerdo con el Imperial College de Londres, el índice de transmisión (Rt) en Brasil hasta el 1 de diciembre era de 1,02 personas por cada paciente infectado, próximo del 1,00, considerado el número «tolerable» para el control.
Hace una semana ese mismo índice se situó en 1,3, el mismo nivel alcanzado en mayo cuando se registró la mayor tasa de transmisión en el país.
El 1 de diciembre Brasil estaba por debajo de países como Serbia (Rt 1,58), Dinamarca (1,49), Japón (1,40), Alemania (1,38) o Turquía, Palestina y Noruega (1,37) y entre los suramericanos detrás de Paraguay (1,12), Chile (1,11) y Venezuela (1,08).
A pesar de la reducción de transmisión, que se contrapone al aumento de casos y muertes, el especialista indicó que la pandemia en Brasil es como un avión que cuando estaba «a punto de aterrizar volvió a tomar vuelo» y por eso más que una segunda ola, el país vive todavía una curva de la primera.
Sao Paulo espera vacunar a partir de enero
Las autoridades sanitarias de Brasil siguen gestionando las vacunas para inmunizar la población, la cual se prevé que puede comenzar a partir de enero en el estado de Sao Paulo.
El Gobierno ya presentó esta semana el plan de vacunación y estableció reglas para el «uso, en carácter de emergencia y experimental» de las dosis.
Brasil tiene un acuerdo para la compra de 110 millones de dosis de la vacuna producida por la farmacéutica anglo-sueca AstraZeneca y la universidad británica Oxford con el laboratorio público Fiocruz, además de conversaciones formales con otros fabricantes.
El estado de Sao Paulo, en tanto, garantizó otras 46 millones de la Coronavac, fabricada por el labor chino Sinovac en asocio con el estatal Instituto Butantan, que cuenta ya con 120.000 dosis y este miércoles recibió 600 litros para iniciar la producción propia del antivirus a partir de este fin de semana.
El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, un desafecto político del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó en una rueda de prensa que la Gobernación está cumpliendo «rigurosamente» el cronograma previsto para el desarrollo de la vacuna y aseguró que la inmunización tendrá inicio ya en enero.
«Observando rigurosamente la ley, cumpliendo el protocolo con la Anvisa y obedeciendo los principios de protección de la vida, vamos a iniciar la inmunización de los brasileños de Sao Paulo en enero», destacó.
Doria igualmente criticó el plan preliminar de inmunización presentado por el Gobierno central esta semana, según el cual el comienzo de la vacunación a nivel nacional estaría prevista para marzo de 2021. EFE