Brasil registró este miércoles 2.286 nuevas muertes por covid, un nuevo récord diario y el segundo en menos de 48 horas, tras los 1.972 fallecimientos del martes, en momentos en que el país atraviesa uno de los peores momentos de la pandemia.
Con la nueva cifra de decesos, el país supera los 270.000 fallecimientos desde el inicio de la pandemia, mientras que los contagios ya pasan de los 11,2 millones, con 79.876 nuevos infectados reportados este miércoles.
Brasil vive el peor momento de la pandemia con el sistema de salud al borde del colapso, la vacunación a cuenta gotas por la falta de dosis y un nuevo récord diario de muertes registrado la víspera, que amenaza con crecer.
La potencia suramericana que ya registra 11,1 millones de contagios por el virus es la segunda con mayor número de muertes por covid en el planeta, después de Estados Unidos, que con 328 millones de habitantes suma más de 500 mil fallecidos.
¿Vacunación amenazada?
En Brasil, la campaña de vacunación avanza a paso lento por la falta de dosis listas y hasta “corre el riesgo de ser interrumpida”, según señaló el secretario ejecutivo del Ministerio de Salud, Elcio Franco, en una carta enviada el lunes al embajador de la China en Brasil, Yang Wanming.
En la misiva, el alto funcionario dijo que la campaña de vacunación puede parar en el gigante suramericano por “la falta de dosis, dada la escasez de oferta internacional” y pidió ayuda para mirar la posibilidad de que Sinopharm le venda a Brasil 30 millones de dosis de la vacuna BBIBP-CorV, desarrollada por esa farmacéutica.
La situación no es novedad en el país suramericano, donde varios estados tuvieron que suspender a mediados de febrero el proceso de vacunación por varios días, por la falta de dosis.
Para el plan nacional de inmunización, el Gobierno de Jair Bolsonaro solo apostó a una vacuna, la desarrollada conjuntamente por el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford, pero con el tiempo tuvo que bajar la cabeza y negociar antídotos de otros laboratorios que en principio habían sido rechazados por el líder ultraderechista.
Tal fue el caso de la Coronavac, la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac, rechazada por Bolsonaro sólo por el hecho de haber sido elaborada en el país asiático.
También ocurrió con la de Pfizer, cuya negociación apenas se logró hace unos días por la negativa del mandatario brasileño a seguir las exigencias de la farmacéutica estadounidense, a la que finalmente comprará 99 millones de dosis, de las cuales unos 14 millones se entregarán hasta junio y el resto en el último trimestre del año.
EFE