El ultraderechista Jair Bolsonaro, candidato a la Presidencia de Brasil y líder en las encuestas de intención de voto, prometió hoy en redes sociales «extinguir» y «privatizar gran parte» de las empresas estatales del país, si sale vencedor en las elecciones de octubre.
«Asumí el compromiso de reducir el número de ministerios y extinguir y privatizar gran parte de las (empresas) estatales que hoy existen», escribió el aspirante del Partido Social Liberal (PSL) desde el hospital en el que se recupera de la puñalada que recibió el pasado día 6 durante un mitin electoral.
En su opinión, los recursos que se destinan a las compañías públicas y un alto número de ministerios son «gastos innecesarios» que deben destinarse para «atender a la población».
Asimismo, rechazó los «acuerdos» políticos que negocian «cargos» en las estatales «a cambio de apoyo», algo que, a su juicio, se combatiría con la privatización de las mismas.
El capitán en la reserva del Ejército, un nostálgico de la dictadura militar (1964-1985), abandonó ayer sábado la unidad de cuidados semiintensivos y fue trasladado a planta en el hospital Albert Einstein de Sao Paulo.
El polémico candidato espera recibir el alta médica a finales de mes, aunque descarta volver a hacer campaña en las calles o asistir a los debates televisados antes de la celebración de las elecciones el 7 de octubre.
En los últimos días, Bolsonaro ha reforzado sus mensajes de agrado al mercado financiero y a los empresarios con promesas sobre una mayor liberación económica y una menor carga tributaria.
«Es necesario parar de estrangular a quien produce. Mientras los adversarios mienten y se preocupan solamente con el poder a cualquier precio, nuestro equipo se centra en el futuro del país», escribió el viernes en su perfil de Twitter.
Dos sondeos divulgados esta semana confirmaron al ultraderechista, quien cuenta con un largo historial de declaraciones racistas, homofóbicas y machistas, como el máximo favorito para los comicios con un 28 % de los apoyos.
Le sigue Fernando Haddad, el sucesor del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y a quien las encuestas le atribuyen entre el 16 % y el 19 % de las simpatías.
De confirmarse esas expectativas y ninguno superar el 50 % de los votos, lo dos se medirían el 28 de octubre en una segunda vuelta para la que los sondeos prevén un empate técnico.
EFE