Las inundaciones a causa de las lluvias y las granizadas han dañado más de 9.000 hectáreas de cultivos agrícolas, en siete de las nueve regiones de Bolivia, informó el Gobierno de Luis Arce.
«Por inundación tenemos 4.223 hectáreas afectadas y 4.818 hectáreas afectadas por granizada», un total de 9.041 hectáreas, dijo a los medios el viceministro de Desarrollo Agropecuario, Álvaro Mollinedo.
El daño equivale al 11 % de las zonas de cultivo, porcentaje que «no es significativo» y «no hay tanto por qué preocuparse» porque el país todavía tiene «la superficie suficiente para garantizar seguridad alimentaria a la población», aseguró el viceministro.
Las regiones más afectadas por las inundaciones y granizadas son La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Chuquisaca, Santa Cruz y Pando, detalló.
Los cultivos dañados son principalmente de papa, maíz y cítricos, mientras que la sequía que aún afecta a algunas zonas en Potosí, Tarija y Santa Cruz también dañó las plantaciones de granos como la soya.
Mollinedo explicó que en las regiones donde hay sequía se realizan acciones de «bombardeo» de nubes para que llueva.
Municipios afectados por las inundaciones
También indicó que el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras espera que los municipios afectados por las inundaciones y granizadas actualicen sus declaraciones de «emergencia o desastre para poderlos atender de una manera inmediata y oportuna».
Tras declararse en emergencia, los municipios deben hacer el levantamiento de campo correspondiente y medir las superficies afectadas para facilitar la asistencia, explicó.
Según el viceministro, el Gobierno nacional dispone de un presupuesto de 127 millones de bolivianos (unos 18,2 millones de dólares) para asistir a los agricultores que sufrieron pérdidas o daños por las inundaciones y la sequía.
Los apoyos consisten en la entrega de semillas, fertilizante, insumos agropecuarios y en el caso del sector ganadero, «alimento balanceado, forraje y sales minerales» para los animales, agregó.
La temporada de lluvias comenzó en noviembre y está previsto que se extienda hasta marzo o abril.
Bolivia afrontó durante gran parte de 2023 una de las sequías más intensas de los últimos años, que amenazó la provisión de agua en algunas ciudades, ocasionó el descenso histórico del nivel del lago Titicaca, compartido con Perú, y aceleró el derretimiento de sus glaciares.
Desde el inicio de la época de lluvias en noviembre pasado, el país acumula 51 decesos y 43.571 familias afectadas y damnificadas, informó este martes el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.
También precisó que son 133 municipios afectados en los nueve departamentos, de los que 23 declararon el «desastre municipal».
Las lluvias e inundaciones dejaron hasta el momento 483 viviendas «completamente destruidas», agregó Calvimontes.
El Universal