El presidente de Bolivia, Evo Morales, inauguró este jueves un criadero de truchas en aguas compartidas con Chile, decisión que eleva la tensión en las relaciones entre ambos países.
Para Bolivia, las aguas del manantial Silala fueron canalizadas artificialmente hacia territorio vecino y, por lo tanto, puede aprovecharlas en su favor, mientras que Chile argumenta que se trata de un río internacional cuyo curso no debe ser interrumpido.
La instalación de criaderos de trucha en las aguas del Silala, en el sudoeste del país, tiende a acentuar la situación por la amenaza boliviana de llevar al Tribunal Internacional de La Haya su centenario reclamo de acceso al océano Pacífico, perdido en una guerra en 1879.
«Tenemos la obligación de sentar soberanía sobre nuestros recursos naturales. En este caso, las aguas del Silala», dijo Morales en una ceremonia pública en el poblado de Quetena, distante unos dos kilómetros de la frontera con Chile, donde participaron autoridades locales, nacionales y militares.
El proyecto contempla, en su momento de auge, la cría de 21.000 truchas, lo que generaría 5.400 kilos de carne por año. La fase inicial inaugurada por Morales contempla seis piscinas instaladas, cuya administración estará a cargo de una unidad militar acantonada en la zona.
En su fase actual, el proyecto se torna más bien simbólico, pues no afectará sustancialmente el caudal de agua que fluye al norte de Chile y que destina al consumo humano. Sin embargo, existe la intención de complementarlo con otras iniciativas entre las que se contempla la instalación de una envasadora de agua y una planta hidroeléctrica, además del desvío de las aguas hacia la Laguna Colorada, distante 10 km del lugar.
«Desde hace más de cien años, Chile aprovecha las aguas del Silala, y Bolivia no recibe ni un centavo de estas aguas que nacen en territorio boliviano», argumentó del lado boliviano el gobernador de Potosí, Félix Gonzáles, en cuya jurisdicción están los manantiales.
Gonzáles sugirió «secar las aguas del Silala para que el caudal no llegue a Chile», de modo de obligar a Santiago a reiniciar una suspendida negociación por el pago por su uso. Santiago planteó pagar la mitad de una deuda histórica por las aguas.
«Tenemos que empezar a planificar cómo recuperar nuestra agua del Silala para que preste servicio al pueblo boliviano; es nuestra agua», instruyó Morales a las autoridades presentes. En lenguaje figurado planteó «ir cerrando el grifo del Silala gradualmente».
Bolivia y Chile carecen de relaciones diplomática,s y en las últimas semanas han intercambiado duros argumentos respecto al centenario diferendo marítimo.
Fuente: Agencias