Presuntos miembros de la milicia islamista de Boko Haram han secuestrado a cerca de un centenar de personas al noreste de Nigeria, según denunciaron este viernes diversos testigos del asedio.
Pese a que el ataque se produjo el pasado domingo, las dificultades del terreno han provocado que el incidente no se diera a conocer hasta hoy, precisamente, cuando esta semana se cumplían cuatro meses después del rapto de más de 200 jóvenes por parte del grupo radical.
«Tan solo quedan en el lugar niños y mujeres», reconocía a los medios locales Halima Adamu, residente en Doron Baga, una comunidad de pescadores en las orillas del Lago Chad y donde al menos 97 personas se encuentran desaparecidas. En este sentido, los insurgentes podrían haber secuestrado a estos adolescentes para reclutarlos como fuerza de combate.
Ya el pasado 14 de abril miembros del grupo islamista Boko Haram atacaban un internado femenino de Chibok, en el Estado norteño de Borno. Entonces, más de 200 niñas fueron secuestradas ese día. Kwambura era la directora del centro.
«Desde entonces la escuela se encuentra cerrada», señalaba recientemente a ABC en conversación telefónica. «En estos meses no se ha producido ningún progreso. Las familias no saben nada. Estamos como al principio», reconoce la nigeriana, todavía abrumada por el recuerdo.
Poco o nada ya queda de la masiva campaña internacional que, bajo el «hashtag» (o sistema de etiquetas muy utilizado en Twitter y otras redes sociales) «Bring back our girls» se convertía en el único arma mundial ante la apatía gubernamental. Nadie quería estar al margen de la campaña, desde la primera dama estadounidense, Michelle Obama, hasta la joven activista paquistaní Malala Yousafzai. No obstante, el tiempo ha reflejado la escasez de sus logros. Desde que comenzó la campaña, tan solo cuatro de las jóvenes secuestradas han logrado huir de sus captores. Y este hecho es clave: huyeron, no fueron rescatadas por las Fuerzas Armadas del país africano.
Fuente: ABC.es