Se prevé que los flujos de remesas con destino a los países de ingreso bajo y mediano aumentarán un 4,2 % este año, hasta llegar a los USD 630 000 millones en 2022. Este incremento se basa en una sólida recuperación del 8,6 % registrada en 2021 durante la pandemia de COVID-19.
Igualmente, se espera que las remesas hacia Ucrania aumenten más del 20 % en 2022, pero es probable que disminuyan los flujos hacia muchos países de Asia central que dependen de Rusia.
En general, se proyecta que los flujos de remesas hacia la región de Europa y Asia central desciendan moderadamente en 2022.
En otras regiones, se espera que los flujos de remesas vuelvan a experimentar un crecimiento moderado en 2022: Asia oriental y el Pacífico (excluida China), 3,8 %; América Latina y el Caribe, 9,1 %; Oriente Medio y Norte de África, 6 %; Asia meridional, 4,4 %, y África subsahariana, 7,1 %.
Los efectos directos de la disminución de los flujos de remesas y los efectos indirectos del aumento de los precios de los alimentos, los combustibles y los fertilizantes han aumentado los riesgos de inseguridad alimentaria y de aumento de la pobreza en muchos países de ingreso bajo.
Durante la pandemia de COVID-19 que ha abarcado 2020 y 2021, el número de migrantes internacionales disminuyó. La crisis de Ucrania ha revertido esa tendencia. Es probable que el número de migrantes internacionales y refugiados, incluidas las personas que han huido de Ucrania, llegue a una cifra de alrededor de 286 millones en 2022.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a fines de abril de 2022, 5,5 millones de ucranianos habían salido del país con destino a Polonia y otros países. Un número aún mayor de personas habían sido desplazadas internamente.
El rápido ritmo y la escala del desplazamiento de los ucranianos han apartado la atención política mundial de otras regiones en desarrollo y las personas afectadas por situaciones de fragilidad, conflicto y violencia. También ha hecho que los encargados de la formulación de políticas dejen de centrarse en la migración económica para ocuparse de las necesidades de los refugiados. Es probable que este cambio afecte los procedimientos y los resultados del próximo Foro de Análisis de la Migración Internacional.
Fuente: Banca y Negocios